JPMorgan se rebela contra el impuesto sobre 'bonus' de Reino Unido
Jamie Dimon, consejero delegado de JPMorgan, no se anda por las ramas. El ejecutivo hizo saber por teléfono a Alistair Darling, responsable del Tesoro británico, que considera que la carga fiscal impuesta a los bonus de la banca penalizará a su entidad. Así lo afirman fuentes próximas al grupo neoyorquino.
De acuerdo con Financial Times, Dimon habría señalado a Darling que su banco ha sido un buen ciudadano corporativo en Londres durante décadas y que, si el entorno empresarial se volvía poco propicio, podría trasladar ciertas actividades en otras partes del mundo como cambio de divisas o corretaje de materias primas. No obstante, el rotativo aclara que esta última indicación no se hizo en modo alguno como una amenaza a las autoridades del Reino Unido.
En su defensa, Dimon argumentó que JPMorgan paga sus impuestos diligentemente y que no ha recibido ayudas públicas del Reino Unido.
JPMorgan decidió a finales de 2008 unificar en un sólo edificio los servicios que tiene repartidos por todo Londres. Su idea era crear una nueva sede para la división europea en Canary Wharf, corazón financiero la capital británica. Pero ahora todo el proyecto está en cuestión. Sin embargo, JPMorgan sopesa ahora abandonar estos planes a causa del gravamen fiscal que promueve el Gobierno laborista que encabeza Gordon Brown, según el diario británico.
La obra supondría una inversión de 1.500 millones de libras esterlinas (1.663 millones de euros) y sería una señal inequívoca del compromiso de la entidad de crédito con la capital británica.
Un tributo para épocas especiales
El Gobierno británico espera recaudar 550 millones de libras (610 millones de euros) con el gravamen del 50% que prevé aplicar a los bonus de más de 25.000 libras (27.710 euros). La iniciativa afectará a unos 20.000 empleados de banca en el país. Aún así, analistas consultados por Financial Times estiman que la recaudación podría ser significativamente mayor.Este impuesto sólo se aplicará este ejercicio y se justifica por el hecho de que varias entidades han logrado beneficios extraordinarios gracias a los programas de rescate promovidos por los Estados.