Gestión 2.0, el retorno del sentido común
La crisis financiera ha puesto de manifiesto que no sólo es necesario poner los huevos en distintas cestas, sino sobre todo, vigilar de forma activa cada una de las cestas. Un poco de sentido común permitiría evitar numerosos errores.
¿Cuál es la seña de identidad de los famosos CDO subprime? Sin duda, su extrema complejidad. Para definir el problema muchos inversores se han contentado con confiar en las agencias de ratings o en los ingenieros financieros. Desgraciadamente, la crisis de 2008 ha demostrado que se habían equivocado al invertir en productos que no comprendían. Warren Buffett, el gurú de Obama, nos ha advertido: "Quisiera poder explicar mis errores. Es por esto que no hago cosas que no comprendo".
Ahora cabría preguntar, ¿han sido los modelos matemáticos la causa de la crisis subprime? La respuesta es claramente que no, aunque del mismo modo es necesario reconocer que han contribuido mucho. Ahora bien, aunque sus límites son conocidos desde hace tiempo, no han sido tenidos en cuenta suficientemente en los cálculos de los citados ingenieros. También a la postre hemos aprendido que determinados modelos empleados para la notación de los CDO supbrime no tenían en cuenta los riesgos de una bajada de los precios en el mercado inmobiliario sobre el pretexto de que no habían hecho más que aumentar en los diez años anteriores. "Los árboles no crecen hasta el cielo" es otra expresión que nos viene espontáneamente a la cabeza al hablar de este tema. Para recuperar su credibilidad, los ingenieros financieros se van a ver obligados a encontrar modelos más sencillos y más robustos sin olvidar un ingrediente muy importante: el juicio.
Akimou Ossé. Analista cuantitativo de Banque Syz & Co