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Críticas de Competencia

La CNC arremete contra los privilegios de Renfe

La Comisión Nacional de la Competencia criticó ayer la "posición de privilegio" de que disfruta Renfe y que obstruye la competencia. La CNC afirmó además que es necesario aún eliminar "distintas barreras" para "facilitar la transición a un sector plenamente competitivo".

La Comisión Nacional de la Competencia lanzó ayer una dura crítica contra la estructura del mercado ferroviario español, que, a su entender, pone trabas en el camino de la liberalización del transporte ferroviario. El organismo supervisor pone de manifiesto, en un informe emitido a raíz de la Ley âmnibus (la ley que adapta la directiva comunitaria sobre el libre acceso a los servicios), la necesidad de limitar "la posición de privilegio" de que disfruta Renfe Operadora y "su capacidad de utilizar los recursos públicos". Así, en opinión de la CNC, los criterios establecidos actualmente por el Reglamento del Sector Ferroviario (RSF) para prestar servicios de transporte de mercancías favorecen a Renfe, y no sólo porque es el operador "ya establecido" y porque cuenta con "la experiencia y los recursos necesarios" para prestar servicios.

La CNC indica que este reglamento amplía a los servicios de transporte de viajeros los privilegios que la ley otorgaba a Renfe sobre el tráfico de mercancías. El texto del reglamento señala que "cuando este mercado de pasajeros se abra a la competencia la operadora, conservará el derecho a explotar la capacidad de red ferroviaria que entonces esté utilizando y podrá solicitar que se le asigne capacidad adicional".

La Ley del Sector Ferroviario abrió la apertura a la competencia del transporte en tren en España con su entrada en vigor el 1 de enero de 2005 empezando por el tráfico de mercancías. El de viajeros está pendiente del calendario que se acuerde en la UE.

La CNC advierte además de la dificultad que encuentran potenciales operadores para entrar en el mercado, y estima que aún hace falta profundizar en "la eliminación de barreras innecesarias al acceso a la actividad", lo cual facilitaría "la transición a un sector ferroviario plenamente competitivo".

Barreras

La institución afirma que los obstáculos para el acceso de operadores son varios, como la necesidad de acometer "grandes inversiones" para poder "aportar la tracción", es decir, tener plena disponibilidad previa de los medios necesarios para prestar servicios.

Este requisito, según la CNC, "constituye una posible barrera de entrada", debido al alto coste que representaría para un posible operador el tener que contar con todos los trenes necesarios para poder iniciar la actividad. Además, hay que contar con la "incertidumbre" que existe sobre la las infraestructuras a las que tendrá acceso y, por tanto, sobre qué servicios se podrán prestar y si se podrá amortizar la inversión.

Una liberalización de dos décadas

El sector ferroviario lleva cerca de dos décadas inmerso en un proceso de liberalización que aún no ha logrado culminar. El camino se abrió en 1991, a raíz de una directiva comunitaria que establecía, por una parte, la necesidad de separar, al menos contablemente, la explotación de los servicios de transporte ferroviario y la administración de la infraestructura, y por otra, la apertura de las redes a las empresas internacionales, principalmente para el transporte de mercancías. El Gobierno español tardó hasta 2003 en establecer esta separación. Entonces, la gestión de las infraestructuras recayó sobre el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif). Por otra parte, para la prestación de servicios ferroviarios se creó una nueva entidad pública denominada Renfe-Operadora. Pese a esta separación, aun "no hay un alto grado de competencia en el sector", según la CNC. El siguiente paso será la apertura del mercado de viajeros, previsto inicialmente para 2010.

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