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Turismo

La nieve se convierte en 'el oro blanco' de la región

Las estaciones de esquí del Pirineo aragonés y Teruel son el principal atractivo turístico para este invierno.

Kilómetros de pistas, multitud de establecimientos hoteleros y más de 12.000 empleos, directos e indirectos, asociados a la riqueza que generan las montañas de Aragón. Esta comunidad presenta una de las mejores ofertas del país para los esquiadores, con siete estaciones de mediano y gran tamaño, cinco de ellas en la provincia de Huesca y las otras dos en Teruel.

El grupo Aramón, sociedad participada al 50% por el Gobierno de Aragón e Ibercaja, gestiona cinco de las estaciones presentes en esta comunidad: Formigal, Panticosa y Cerler, en Huesca, además de Javalambre y Valdelinares, en Teruel, una "apuesta cada vez más decidida por una oferta de ocio mayor y más completa", como apunta Francisco Bono, presidente del grupo. En estos momentos, la sociedad está centrada en la promoción, mejora y ampliación de las estaciones de Teruel, ya que "se encuentran en un proceso de crecimiento a tres años con un total de 24 millones de euros de inversión".

La oferta para esta recién estrenada temporada es múltiple y por eso las cinco estaciones del grupo Aramón contarán con diversas campañas que ayuden a su política de precios competitivos y descuentos; además, quieren acercar la nieve al gran público, y para ello apuestan por poner en marcha actividades atractivas fuera de las pistas.

Por otro lado, Astún y Candanchú han llegado a un acuerdo comercial que les permite presentarse como un conjunto esquiable único, mediante un forfait común y un autobús que conecta ambas estaciones, dando lugar a más de 80 kilómetros esquiables.

La cifra de negocio del grupo Aramón la pasada temporada se situó cerca de los 47 millones de euros y, a pesar de la prudencia obligada ante la coyuntura económica, Bono estima que este año el crecimiento rondará "el 1,5% o el 2%". Un resultado muy similar al incremento de esquiadores y visitantes que estiman para esta temporada 2009-2010. La particularidad de esta sociedad gestora de estaciones de esquí en Aragón es, "por un lado, mejorar y desarrollar las zonas donde opera y, por otro, realizar una gestión económicamente sostenible", tal y como la describe el presidente.

Beneficios para todos

"El destino de los beneficios de Aramón es la reinversión en la propia sociedad para seguir impulsando su crecimiento", comenta Bono. Además, desde el grupo se lleva a gala haber entrado ya en resultados de explotación positivos, que contribuyen a fijar la población de los municipios de las montañas, ya que se calcula que la pasada temporada se generó un gasto de 177 millones de euros en las comarcas de influencia, lo que impulsa su desarrollo.

Cada una de las estaciones de esquí de la región tiene una particularidad diferente y atrae a un perfil de público determinado. En Javalambre y Valdelinares, así como en Panticosa (considerado ya como un lugar mítico de los Pirineos), se recibe a un visitante tradicional y familiar.

Por su parte, Cerler, la estación más alta de todo el Pirineo aragonés, cuenta con el mayor desnivel esquiable. Formigal es la más grande, ha realizado en los últimos años una importante mejora y dispone ya de más de 100 kilómetros de pistas. Por último, Astún y Candanchú se centran cada vez más en el público joven.

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