Londres limitará los salarios de los altos cargos de la administración
El primer ministro británico, Gordon Brown, dio a conocer hoy un nuevo plan de recorte del gasto público, que incluye como novedad el recorte de los salarios de los altos cargos de la administración del Estado, con el objetivo de poner fin a lo que calificó como "una cultura del exceso".
En el marco de un programa que quiere ahorrar 12.000 millones de libras (13.264 millones de euros) en los próximos cuatro años, la propuesta busca rebajar en un 20% el coste salarial derivado de los sueldos de los cargos directivos.
Durante un discurso en Londres, Brown ofreció detalles de la iniciativa para reducir el gigantesco déficit público del Reino Unido, que se espera que alcance las 175.000 millones de libras (193.500 millones de euros). El plan establece que aquellos salarios que estén por encima de las 150.000 libras (165.900 euros) anuales y las primas por encima de las 50.000 libras (55.250 euros) deberán ser aprobados individualmente por el Gobierno.
El nombre de las personas que perciban estos salarios deberán ser públicos, una transparencia que habrá de hacerse extensiva a las instituciones que hayan despilfarrado dinero público. En un discurso en Londres, el primer ministro dijo "el servicio público es algo admirable e importante que merece una retribución justa", pero consideró que estos altos cargos a sueldo del Estado "han perdido el contacto con la realidad de la vida de la gente".
"El dinero que debería gastarse en salud, en escuelas, en policía y en servicios sociales se está destinando, en algunos casos, a salarios excesivos y a primas injustificadas, que están muy lejos de las expectativas de la mayoría de los trabajadores", dijo.
"Esta cultura del exceso -añadió- tiene que cambiar y cambiará". Brown explicando que ahorrando ese 20%, se liberarán 100 millones de libras (110 millones de euros) "con las que se podrían construir cuatro nuevas escuelas o 10 centros de atención médica primaria cada año".
"Esos 100 millones podrían pagar los salarios de 3.000 enfermeras o de 2.000 funcionarios cada año", manifestó. El primer ministro que definió la propuesta como "ahorros en eficiencia", aseguró que el Gobierno quiere enfatizar la necesidad de "dar al dinero el valor que tiene" y reconoció que varios proyectos públicos tendrán que ser suspendidos si se quiere lograr el objetivo de reducir a la mitad el déficit antes de 2012.
"Con el objetivo de proteger los servicios esenciales que apreciamos en un momento en el que los presupuestos son más restrictivos, tenemos que hacer lo mismo que hacen los hogares en todo el país para priorizar las necesidades y posponer las cosas que no necesitamos", manifestó Brown. Los sindicatos criticaron estas últimas medidas y las calificaron de "puro electoralismo", con el que el Gobierno quiere ofrecer una imagen de austeridad ante los ciudadanos de cara a las elecciones.
Brown adelantó de esta manera algunos de los elementos del avance de los presupuestos generales del Estado que el ministro de Economía, Alistair Darling, presentará el miércoles, el último antes de las elecciones generales previstas para el mes de junio. Darling avanzó este domingo que el peso de la recuperación económica se sostendrá en buena medida en los hombros de los más ricos y reiteró que en abril se subirá al 50% la tasa impositiva sobre los ingresos superiores a las 150.000 libras.
"Creo que la gente entenderá que a medida que atravesamos un periodo difícil como este, sean los hombros más anchos los que soporten la mayor parte de la carga", dijo Darling. El ministro dijo que "habrá algunas decisiones muy difíciles, que implicarán restringir mucho más el gasto público, pero no confirmó si habrá un impuesto temporal que grave las ganancias de los bancos.
Ese impuesto, según informó la cadena pública BBC, podría recaudar unos 1.000 millones de libras anuales (1.100 millones de euros. Según esta versión, el Tesoro británico baraja varias opciones, entre ellas un "super-impuesto" a los banqueros que reciban retribuciones de un cierto nivel. Otras ideas que se analizan es aumentar el impuesto de la seguridad social de los empleados de bancos que paguen grandes primas, o gravar directamente las inversiones de los bancos.