Tras esta operación, Goldman Sachs deja de ser uno de los principales acreedores de Colonial y se apoya el plan de reestructuración de deuda de la inmobiliaria española, que suma en total 5.000 millones de euros y que está previsto cerrar a principios del próximo enero.
Durante el 2010 está previsto que los dos fondos entren en el capital de Colonial a través de convertir una parte significativa de la deuda en capital, podría ser un tercio, con lo que su presencia en el accionariado de la inmobiliaria rondaría un 20%, según una primera estimación inicial.