Sebastián pacta con la industria el despliegue de las 'electrolineras'
El ministro de Industria, Comercio y Turismo, Miguel Sebastián, cuenta con el compromiso del sector privado para promover el despliegue de una red de electrolineras en las que los usuarios puedan efectuar la recarga de sus vehículos eléctricos o híbridos enchufables. El memorándum firmado en la reciente cumbre entre Gobierno y empresas recoge el compromiso del sector de la energía de implantar estas estaciones y establecer puntos de recarga privados y públicos. Estas estaciones permitirán cambiar la batería de un coche eléctrico por otra cuando lo necesite, o efectuar una recarga rápida de la misma.
Las empresas estudiarán un plan para implementar puntos de recarga de acceso restringido, vinculados al propietario del vehículo eléctrico, y orientados a la carga nocturna. Estos puntos de recarga se instalarán en plazas de aparcamiento de garajes privados, tanto domésticos como de flotas de empresas.
Sebastián, además, manifestó ayer que el pacto de Estado que negocia con el Partido Popular perseguirá dejar fuera de la contienda política al coche eléctrico para permitir que las empresas cuenten con un marco adecuado para desarrollar esta industria. Sebastián hizo estas declaraciones durante un seminario organizado por el Laboratorio de la Fundación Alternativas.
Sebastián vinculó el éxito del vehículo eléctrico a tres criterios que ponderarán los consumidores: que sea asequible, con un mantenimiento económico y con unas prestaciones cómodas. En estos momentos, abundó, España podría absorber sin problemas seis millones de unidades "sin invertir un euro".
Durante el primer trimestre del año que viene, un grupo de trabajo compuesto por medio centenar de especialistas desarrollará con Industria un plan integral del vehículo eléctrico con el fin de articular un marco de referencia público-privado. Sebastián anticipó que el Gobierno hará todo lo que esté en sus manos para que el vehículo eléctrico pueda fabricarse en España, pero recordó que incluso en el supuesto de que todas las unidades fueran de importación se generaría un efecto rentable para la balanza de pagos.