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Telecomunicaciones

La CMT aprueba con polémica la apertura de la infraestructura civil de Telefónica

Polémica con Telefónica, con los operadores alternativos y, sobre todo, dentro del propio consejo. La CMT ha aprobado los precios que cobrará el ex monopolio a sus rivales por dar acceso a su infraestructura civil, a los conductos. Pero lo ha hecho con el voto en contra de dos consejeros.

El presidente de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), Reinaldo Rodríguez, tiene claro que regular a gusto de todos es imposible y que muchas veces hay que asumir las críticas de los implicados. "Nos pagan para eso", aseguró el martes pasado, en unas jornadas organizadas por la comisión en Barcelona. Y ayer se demostró hasta qué punto una resolución puede concentrar las críticas de los afectados y, además, cada uno desde un área distinta.

La norma en cuestión es la que aprueba la oferta de acceso a los conductos de Telefónica por parte de sus rivales. La CMT ha decidido no regular la nueva red de fibra óptica del ex monopolio, pero ha establecido que sus competidores tienen derecho a usar la infraestructura de obra civil de la operadora para introducir su fibra en las canalizaciones. Si cada teleco construyera estos conductos, el coste de una nueva red se encarecería cerca de un 60%, lo que, según el regulador, convertiría en inalcanzable la inversión. Su conclusión es que los rivales deben tender su propia fibra, pero sobre las canalizaciones existentes.

Hasta hoy, Telefónica ha cedido sus infraestructuras a un precio establecido por ella, sobre la base de acuerdos comerciales bilaterales. Ahora, la CMT ha revisado estos precios, los ha rebajado -unos más y otros menos- y ha redactado una oferta que regula toda la operativa.

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Voto particular a la resolución de la CMT

La aprobó en el consejo del pasado día 19, pero lo hizo sin unanimidad. En un consejo de nueve miembros, dos de ellos han votado en contra y han redactado un voto particular conjunto, al que ha tenido acceso este diario. Uno de ellos es el vicepresidente, Marcel Coderch, y el otro la consejera Inmaculada López.

Estos consejeros aceptan en buena medida parte de los argumentos de los operadores alternativos y cuestionan que se haya hecho una oferta sin una auditoría previa de las canalizaciones de Telefónica. Y es que uno de los puntos clave de la regulación es que el ex monopolio puede restringir el acceso a sus conductos alegando falta de espacio vacante. La operadora debe dar una alternativa, aunque con un coste que puede duplicar el original.

Los consejeros disidentes no niegan que exista en realidad falta de espacio en algunas zonas, pero resaltan que otros países, como Reino Unido o Francia, han realizado una auditoría previa para comprobarlo y que no quede en manos de Telefónica. El voto particular también cuestiona la discriminación que puede resultar de la nueva regulación, así como la opacidad en la fijación de algunos precios.

La CMT es consciente de que otros países han hecho auditorías, pero argumenta que ese trabajo habría retrasado la aprobación de la norma y que se quiso primar la rapidez para acelerar el despliegue de redes, según fuentes de la comisión. Además, recalcan que la normativa prevé mecanismos para que las operadoras puedan verificar si la falta de espacio que alega Telefónica es cierta.

Pero la CMT no sólo se ha encontrado críticas dentro de su propio consejo. También han procedido de fuera, tanto de las telecos alternativas como de Telefónica, y cada una en un sentido distinto.

El ex monopolio adelantó ayer que recurrirá la regulación. La compañía lamenta "que la CMT no haya respetado los acuerdos comerciales alcanzados entre los operadores, que venían permitiendo compartir conductos en estos meses sin conflictividad alguna", explica.

Fuentes del sector añaden otro cuestionamiento: la CMT ha convertido en una regulación de más de 100 páginas lo que dijo que iban a ser sólo unas pautas generales. Estas fuentes critican el exceso de regulación, aunque otras atacan precisamente lo contrario: la CMT se ha quedado corta y debió atar más en corto a Telefónica.

Otro punto de discusión es que la norma aprobada permite a todas las operadoras, de fibra, de móvil o de cable, usar los conductos. Y eso plantea un problema, puesto que las redes coaxiales de las operadoras de cable ocupan mucho más espacio que la fibra. Por eso, dar cabida a uno de sus cables podría impedir la entrada del resto.

Claridad en los nodos

La nueva oferta de acceso a los conductos, llamada a permitir el despliegue de varias redes de fibra en España, no fue la única decisión que adoptó la CMT en el consejo de la semana pasada. También resolvió sobre la petición de Telefónica de establecer nodos entre las centrales y los usuarios, para acortar la longitud del bucle de los clientes y poder mejorar el servicio de banda ancha.Telefónica pidió permiso para 27 nodos y la CMT sólo lo dio para 17, pero lo importante es que con su decisión se clarifica cuál es la pauta a seguir y dónde se podrán instalar nodos. Aunque Telefónica usa estos armarios también para dar VDSL, las peticiones son para dar ADSL.

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