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5d Inversión

La crisis impone la guerra por el traspaso del plan de pensiones

Garantizados de renta fija y Bolsa centran la campaña de pensiones de la banca, que confía más en los traspasos que en las nuevas aportaciones, pese a las ventajas fiscales

La actual crisis económica ha impuesto la necesidad de contar con recursos por si se complica el horizonte más inmediato. La tasa de ahorro está en máximos, lo que no favorece precisamente la inversión en planes de pensiones, un producto pensado para el largo plazo y que no puede rescatarse, salvo excepciones, hasta el momento de la jubilación. Pero la banca vuelve en estas fechas a la carga con sus campañas de planes de pensiones, al calor de las ventas fiscales de este producto de ahorro, que cobran incluso más importancia en un entorno de bajos tipos de interés y rentabilidades discretas en las inversiones más conservadoras. Las aportaciones a planes de pensiones deducen directamente en la base imponible del partícipe, de modo que si realiza una aportación por 10.000 euros, Hacienda le puede devolver en su declaración de la renta hasta 4.300 euros, si el tipo marginal del contribuyente es el máximo, del 43%.

Las aportaciones a planes de pensiones son por tanto un recurso habitual para cuadrar la factura fiscal de cara al cierre del ejercicio y más aún en un año en que la Bolsa deja jugosas plusvalías -el Ibex gana el 72% desde marzo- por las que habrá que tributar. "Parece sensato invertir parte de las ganancias acumuladas en Bolsa durante los últimos meses en planes de pensiones de renta variable, teniendo en cuenta siempre el horizonte temporal hasta la jubilación y el perfil de riesgo", apunta Susanna Turull, responsable de Gestión Futuro de Deutsche Bank. "En las dos últimas semanas de diciembre, se consiguen el 40% de las aportaciones de todo el año", afirma José Antonio Iglesias, subdirector de Segurcaixa Holding.

Competencia por los traspasos

La mejoría bursátil apenas anima a los partícipes hacia la renta variable

En contraste con la campaña de 2008, marcada por la quiebra de Lehman, este año los mercados financieros han superado lo peor y los planes de pensiones arrojan de media una rentabilidad del 5,48% en el último año, con ganancias del 14,12% en los planes de Bolsa, según las cifras de Inverco de octubre. Pero las sombras persisten en la campaña de este año, enfrentada a una crisis que juega en contra de las aportaciones. "Este año el foco está en los traspasos, en captar patrimonio que ya está en el sistema", reconoce Rodrigo Galán, director de Ibercaja Pensiones.

En cualquier caso, el sector confía en que el volumen de aportaciones será en 2009 superior al del pasado año. "La crisis no ha modificado el perfil del cliente que contrata un plan de pensiones, si acaso, ha limitado ligeramente el volumen de las aportaciones", asegura Adelaida Careaga, directora de Barclays Operador de Banca Seguros. En Caja Madrid Pensiones esperan que la campaña de este año "sea como la del ejercicio anterior o algo mejor, al haberse empezado a recuperar la confianza de los mercados y las rentabilidades obtenidas".

Las gestoras afrontan por tanto la campaña con relativo optimismo y en un entorno económico que ha endurecido la competencia. Las aportaciones de dinero nuevo son así un bien preciado y escaso, lo que deja al cliente en una posición de ventaja a la hora de elegir su plan de pensiones. Y la decisión no ha de tomarse sólo por criterios fiscales, sino de rentabilidad financiera del producto. Así, el plan de pensiones ha de adecuarse al perfil de riesgo del cliente, que deberá valorar las rentabilidades, las comisiones que se le cobran -determinantes en una inversión a largo plazo- y, en segundo término, las bonificaciones que le ofrece la entidad por confiarle los ahorros para la jubilación.

"A partir de los 55 años, lo recomendable es aportar a planes con la menor volatilidad posible", aconseja José Antonio Iglesias. Pero la proximidad a la jubilación no tiene por qué llevar al partícipe a descartar por completo la inversión en renta variable. Según reconoce Manuel Álvarez, director de particulares de Vida y Pensiones de Caser, "a veces el factor de la edad engaña. También importan elementos como la cultura inversora o el grado de endeudamiento".

Aproximación a la Bolsa

Caser formula un cuestionario a sus clientes con el que definir su perfil inversor. Junto a las preguntas más previsibles, como la edad o si se está pagando una hipoteca y el plazo que resta para su amortización, también figuran cuestiones en las que el partícipe debe retratarse con más detalle. "Usted invierte en acciones de una compañía y caen un 20%, ¿qué haría?". Y hay que precisar si cancelaría toda la inversión y compraría renta fija a corto plazo; si cancelaría la mitad de la inversión; si mantendría la inversión con la expectativa de una futura recuperación, o si aprovecharía el momento de compra barata e invertiría más. O: "Le llaman de un concurso de la televisión y le dicen que debe elegir entre las siguientes ofertas. ¿Cuál elegiría usted?". Y las opciones son recibir 1.200 euros en metálico; un 50% de posibilidades de ganar 4.800 euros o nada o un 5% de posibilidades de ganar 80.000 euros o nada.

La determinante definición del perfil de riesgo del inversor se llega a conocer con preguntas tan terrenales como éstas. Aunque las preferencias de los clientes se inclinen en cualquier caso hacia los productos más conservadores. "No hay que olvidar que la mayor parte de las aportaciones las hacen clientes que rondan los 55 años, menos endeudados", recuerda Galán, de Ibercaja.

Los riesgos de la renta fija

En la presente campaña, el lanzamiento de nuevos planes se centra de nuevo en garantizados. "No obstante, aproximadamente desde agosto y a raíz de que ha remontado la rentabilidad de los mercados, los partícipes comienzan a solicitar más renta variable", explican en Barclays. En Ibercaja se han atrevido con un nuevo plan que invierte en Bolsa estadounidense y en Vidacaixa lanzaron el pasado año un plan que invierte en mercados emergentes.

Pero la gran mayoría de las novedades garantizan el capital, en renta fija y en renta variable. La previsión de un alza en los tipos de interés desaconseja la inversión en planes de renta fija sin garantía, puesto que los precios de estos activos caen a medida que se elevan los tipos. "Es un momento de transición, los tipos a largo subirán y eso es un riesgo", apunta Manuel Álvarez, que recomienda un plazo de inversión medio, de tres años, en renta fija garantizada.

Los nuevos planes de renta fija con garantía son este año de una duración superior, de entre ocho a doce años, según reconocen en el sector, y con rentabilidades anuales aseguradas de entre el 2% y el 2,8%. Tales rentabilidades son a vencimiento de modo que, en caso de decidir traspasar el capital del plan a otra entidad antes de ese momento, hay que tener en cuenta las posibles pérdidas, tal y como sucede con los fondos garantizados que se reembolsan antes del vencimiento, apuntan desde Caser.

Algunas entidades van más allá. Axa, lanzó en junio un plan de previsión asegurado (PPA) -que posee las mismas ventajas fiscales que el plan de pensiones- en el que la aseguradora repone cada cinco años el 100% del capital invertido, incluidas las comisiones, de modo que neutraliza las pérdidas que se hayan podido generar en ese periodo.

Fuentes del sector apuntan que los planes de previsión asegurados, al tratarse de productos con garantía, pueden ofrecer rentabilidades más modestas que los planes de pensiones sin garantía. Si bien los PPA son una fórmula de rentabilidad segura para quienes se encuentran más próximos a la jubilación.

Otras entidades, como BBVA y Santander, ofrecen la opción de contratar un único plan, que va modificando la composición de su cartera en función de la situación de los mercados y de la proximidad del partícipe a la jubilación. En Caja Madrid apuestan por la cesta de planes de pensiones, con la que diversificar la inversión para proteger el capital.

Las bonificaciones

Las bonificaciones en metálico van poco a poco ganando terreno a los regalos por los traspasos o aportaciones a planes de pensiones, aunque también tienen su letra pequeña. Axa bonifica con el 1% pero hay que reinvertir el dinero en otros productos financieros de la aseguradora. BBVA premia con el 2%, que ha de reinvertirse en el plan, y en Popular recompensan con el 8%, pero con un compromiso de permanencia por ocho años.

Los depósitos en condiciones preferentes son otro reclamo. Por contratar un plan de pensiones se ofrecen rentabilidades a más del 4% a un año, un nivel superior al de mercado y, en algunos casos, con pago adelantado de intereses, como sucede en La Caixa.

Ajustar comisiones y apurar rentabilidad

Las comisiones acompañan al partícipe de forma inevitable durante toda la vida del plan de pensiones y, al ser un producto de largo plazo, unas tarifas elevadas pueden acabar suponiendo una merma importante para la rentabilidad. Según la ley, la comisión por gestión no puede superar el 2% anual y la de depositaría debe ser del 0,5% como máximo.Las rentabilidades que las gestoras comunican a sus partícipes ya descuentan el efecto de las comisiones, pero el cliente no debe pasar por alto su cobro ni dejar de valorarlo de acuerdo con las ganancias. De hecho, después del varapalo en rentabilidades que supuso el estallido de la crisis, los clientes han elevado el grado de exigencia en materia de comisiones, según apuntan desde el sector. Además, se trata de una característica del producto que adquiere incluso más importancia en los planes de pensiones garantizados, donde la labor del gestor se minimiza. No en vano, la rentabilidad media ponderada de los planes garantizados ha sido en los últimos tres años del 1,24% anual, un porcentaje que no debería superar por tanto a la comisión cobrada.

Fiscalidad. Ventajas y puntualizaciones

¿Cuál es el importe máximo en la aportación a planes de pensiones que da derecho a la reducción de la base imponible? Hasta los 50 años de edad, la cantidad máxima con derecho a deducción es de 10.000 euros anuales. Para mayores de 50 años, el límite se amplía a los 12.500 euros. Estos límites se aplican de forma conjunta a todas las aportaciones a los sistemas de previsión de social. Es decir, a la suma de lo aportado al plan de pensiones individual, a un plan de empleo y a un seguro privado de dependencia. Cuando las aportaciones superan los citados límites cuantitativos, el exceso no tendrá beneficios fiscales¿Cuál es el límite máximo deducible en la declaración de la renta?Las aportaciones a sistemas de previsión social -planes de pensiones, mutualidades de previsión social, planes de previsión asegurados, planes de previsión social empresarial y seguros privados de dependencia- se reducen directamente en la parte general de la base imponible de la declaración de la renta. Y dicha reducción es por la menor de estas dos cantidades: el 30% de la suma de los rendimientos netos del trabajo y de actividades económicas percibidos individualmente en el ejercicio o 10.000 euros anuales. Una vez cumplidos los 50 años, ese porcentaje es del 50% de dichos rendimientos o 12.500 euros anuales. En declaración de la renta conjunta, estos límites se aplican de forma individual a cada partícipe.¿Cómo tributan las ganancias obtenidas en un plan de pensiones? Las ventajas fiscales de las aportaciones a planes de pensiones quedan deslucidas en el momento de la prestación. A diferencia de las plusvalías del resto de productos de ahorro -que tributan ahora al 18% y al 19% o 20% a partir de 2010-, las ganancias en planes de pensiones tributan como rendimientos del trabajo y, por tanto, al tipo marginal del contribuyente, que oscila entre el 24% y el máximo del 43%.¿Las ventajas fiscales de las aportaciones siguen vigentes una vez cumplidos los 65 años de edad? Sí. El partícipe jubilado por la Seguridad Social podrá seguir realizando aportaciones, siempre que no haya iniciado la prestación. Además, podrá rescatar a su propio nombre todo lo ganado, incluida la parte correspondiente a las aportaciones realizadas cumplidos los 65 años. Con la reforma fiscal que entró en vigor en 2007, tampoco es necesario comunicar a la gestora, dentro de los seis meses posteriores al momento de la jubilación, cuándo y de qué modo se rescata el plan, si con forma de renta o de capital. Estos cambios permiten decidir con mayor margen de maniobra en qué momento se rescata el plan y, por ejemplo, retrasar su cobro para intentar evitar pérdidas.¿Hay penalización fiscal por traspasar el capital de un plan de pensiones a otro?No. De igual modo que sucede en los fondos de inversión, no hay que tributar por las plusvalías hasta el momento del rescate, no cuando se cambia de plan.¿En qué casos puede rescatarse un plan de pensiones antes de la jubilación?Se trata de un producto diseñado para la jubilación, con lo que su rescate por anticipado es muy restrictivo. Sólo es posible en caso de incapacidad laboral total y permanente para cualquier tipo de actividad, enfermedad grave o desempleo de larga duración -por un periodo continuado de más de un año- y fallecimiento.

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