Caixanova estudia una fusión virtual para evitar su unión con Caixa Galicia
La Xunta de Galicia quiere crear una gran caja en la región con la fusión de Caixa Galicia y Caixanova, proyecto al que se opone la entidad viguesa. La caja que preside Julio Fernández Gayoso lleva desde agosto buscando alternativas a esta operación, para lo que estudia una fusión virtual con Cajamurcia y Cajastur. Pero la adjudicación de la Caja de Castilla La Mancha (CCM) a la entidad asturiana dificulta el proyecto. Caixa Galicia también tiene un plan B.
Desde que en agosto pasado la Xunta anunciase su intención de realizar un estudio para comprobar la efectividad de fusionar Caixa Galicia y Caixanova las posturas de ambas entidades han sido muy diferentes.
La caja que dirige José Luis Méndez lleva años intentando ganar dimensión con la fusión de Caixanova, algo que sólo se planteaba en la teoria. Pero el estudio de la Xunta le proporcionó un motivo para pensar que en esta ocasión la operación podría llevarse a cabo. Las directrices del Banco de España para que el sector acelere sus reestructuraciones animó también a Méndez. Pero la continúa negativa de Caixanova parece que vuelven a echar por tierra los planes de su más directa rival. La Xunta prefiere tener una gran caja gallega con la suma de las dos, pero la resistencia de la institución que preside Julio Fernández Gayoso también frena sus deseos, razón por la que aún no se ha tomado la decisión definitiva.
Caixanova inició conversaciones con Cajamurcia y Cajastur (ver CincoDías del 25 de septiembre) en agosto. Su idea era crear sistema institucional de protección (SIP), más conocida como fusión virtual. Desde entonces las negociaciones se han complicado, pero no así el interés de Cajamurcia y Caixanova, reconocen fuentes de la primera.
Cajamurcia reconoce contactos con la caja de Vigo
La salida de Cajastur del proyecto al adquirir CCM dificulta la creación de este SIP, según reconocen fuentes implicadas en su diseño. "El objetivo inicial era contar con al menos tres cajas. Ahora con dos el proyecto es menos atractivo", reconocen las mismas fuentes, aunque aseguran que las conversaciones se mantienen, pero "la operación tardará aún bastante en prosperar. Esta en fase muy incipiente si es que al final se lleva a cabo", afirman fuentes de estas entidades, que insisten en que de llevarse a cabo el proyecto no se necesitaría ningún tipo de ayuda.
La adjudicación de CCM por parte de Cajastur no impide que esta caja se una al SIP, reconocen fuentes financieras. Una operación no es incompatible con la otra, señalan las mismas fuentes, aunque reconocen que ahora el principal interés de la entidad asturiana es "digerir CCM". Caixa Galicia, que en la última semana ha mantenido negociaciones con la Xunta lo mismo que Caixanova, también está buscando alternativas a una fusión con su rival que parece que no llega. Varias fuentes del sector señalan que la caja coruñesa ha entablado conversaciones con cajas medidas de otras regiones, entre las que se encuentra Caja del Mediterráneo (CAM), algo que no confirman ninguna de las entidades implicadas.
Su idea sería también crear un SIP, una vez que el Banco de España está de acuerdo con esta fórmula para formar alianzas y reformar el sector siempre y cuando estas fusiones virtuales tengan contenido y no sea meros acuerdos.
Fernández Gayoso afirmó ayer a preguntas de los periodistas "me temo que sí", en referencia al tiempo que tardarán en finalizar las negociaciones entre Caixanova y Caixa Galicia para resolver su futuro. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y la conselleira de Facenda, Marta Fernández Currás, se reunieron el pasado lunes con la dirección de Caixanova, que habría expresado reservas a una fusión con Caixa Galicia y manifestó sus preferencias por vías con cajas de otras comunidades que eviten renunciar. Méndez también planteó las alternativas que baraja con entidades de fuera de la comunidad ante la posibilidad de que fracase la opción prioritaria de la fusión de las dos cajas gallegas.
Un proceso con alto coste laboral y dinerario
Los números son diferentes según quien haga el estudio. Según varias fuentes consultadas los informes que manejan las dos cajas gallegas sobre su posible fusión varian ostensiblemente. Según datos de Caixanova, no confirmados por la entidad, la unión de las dos entidades supondría la reducción de 2.000 puestos de trabajo y el cierre de 400 oficinas. En el caso de la institución que dirige José Luis Méndez los números pasan a ser de 200 sucursales de excedente y de 800 puestos de trabajo. La fusión de estas dos entidades necesitaría tanto dinero del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), que financian las propias cajas, y del Fondo de Reestructuración Bancaria Ordenada (FROB), según explican varias fuentes. El coste laboral como el dinerario tanto para el sector como para el contribuyente explica el por qué la Xunta todavía sigue dando vueltas a su proyecto.
Una moda
La creación de fusiones virtuales o sistemas institucionales de protección (SIP) se ha convertido en la salida de varias cajas de la órbita de sus Gobiernos regionales, más empeñados en crear una sola caja. Esta vía permite a las entidades consolidar como una sola firma.