Los problemas de Boeing con los nuevos aviones hunden sus resultados un 98%
Los problemas de Boeing para sacar adelante sus nuevos aviones, el 787 Dreamliner y el jumbo 747-8, le están costando muy caro al fabricante aeronáutico estadounidense. Al cierre del tercer trimestre, estos dos programas habían tenido sobre el grupo un impacto negativo de 3.638 millones de dólares (2.425 millones de euros).
Esta situación se ha traducido en un desplome del beneficio en los nueve primeros meses del año, con una reducción del 98,5%, hasta los 44 millones de dólares (29,3 millones de euros). Los responsables de Boeing han vuelto también a revisar sus previsiones para el cierre del ejercicio, con un recorte en los resultados previstos del 70%, hasta situarlos entre los 1,35 y los 1,55 dólares por acción.
Pese a ello, el presidente de la compañía, Jim McNerney, subrayó, en rueda de prensa telefónica, que el futuro del grupo es positivo y que se empezará a despejar a partir de 2011, cuando comiencen a entregarse las primeras unidades de las nuevas aeronaves. En este sentido, reiteró que el 787 volará por primera vez a finales de este año y que el primer pedido se entregará en el último trimestre de 2010. "El reto es pasar los dos próximos años", apuntó.
Otra de las dificultades a las que tiene que hacer frente la compañía tiene que ver con los problemas de las aerolíneas para pagar los aviones que ya habían contratado. La escasez de crédito y la caída en el tráfico de pasajeros ha obligado a Boeing a retrasar 85 entregas previstas para el tercer trimestre. En cualquier caso, la empresa mantiene su objetivo de cerrar 2009 con la entrega de 480-485 aeronaves.
En cuanto al contrato millonario de los aviones cisterna que adjudicará el Pentágono, McNerney advirtió de que su intención es que el pliego de condiciones final tenga en cuenta las consideraciones de la OMC sobre posibles ayudas ilegales recibidas por EADS y su filial Airbus.