Rafael Del Pino: "Sería deseable que las dos principales fuerzas políticas alcanzaran un pacto"
"Seguramente desde la transición no hemos vivido en España una crisis tan aguda" y "no es bueno que haya tensiones tan manifiestas entre patronal y Gobierno", señala en una entrevista con EL PAÍS Rafael del Pino Calvo-Sotelo, presidente de Ferrovial, en vísperas de la fusión del grupo matriz con su filial de infraestructuras Cintra.
Del Pino asegura que la fusión será buena para todos: accionistas, empleados y clientes. Del Pino, ingeniero de Caminos y MBA por el MIT, ha sido el motor de los grandes cambios estratégicos de los últimos años en un grupo familiar, fundado hace medio siglo, en el que su primer cometido laboral, por expreso deseo de su padre, fue trabajar en la construcción de una carretera en Libia.
Pregunta. ¿Qué supone la fusión con Cintra para Ferrovial?
Respuesta. Un hito importante. Creemos que la fusión es buena para todas las partes: para los accionistas de Cintra, para los de Ferrovial, para todos los que trabajamos en estas compañías, y espero que sea buena también para nuestros clientes y para los usuarios de nuestras infraestructuras. Para los accionistas de Cintra, porque les permite realizar un valor más próximo al valor real de los activos que el que tenían cotizando de manera independiente. Para Ferrovial también es bueno porque le permite un uso más eficiente de la caja. El grupo resultante va a gozar de una mayor eficiencia, tanto de movimiento como fiscal. Aparte de que pueden darse también sinergias, ahorros, por un funcionamiento único. Y luego es ventajosa para nuestros clientes porque nos permite comparecer con una cara única y ofrecer un producto único. Creo que seremos capaces también de gestionar con mayor eficiencia los proyectos porque no tendremos esos posibles conflictos de interés que daban lugar, qué duda cabe, a alguna ineficiencia interna.
P. Algunos fondos, algunos inversores institucionales, han visto con recelo la operación.
R. La suya ha sido más una postura negociadora que de fondo. Tienen la obligación de protestar para ver si mejoran su posición. Y de hecho, el que más protestó era un fondo que tenía el 2% de Cintra y ha vendido. Con lo cual nos protestó mucho, pero se ha perdido la subida en Bolsa. Había dos o tres más, pero creo que con la ecuación de canje, que es sin duda generosa, no deben tener problema en apoyar la fusión.
P. Y en términos estratégicos, ¿segregar Cintra para sacarla a Bolsa y luego volver a integrarla no supone un bandazo?
R. Los tiempos cambian y nosotros con ellos. La salida a Bolsa de Cintra, aparte de que en aquel momento pareciera aconsejable financieramente, respondía a un acuerdo con nuestros socios australianos para facilitar su desinversión en la compañía. A los australianos, que eran entonces muy buenos socios en los proyectos en los que estamos juntos, no les interesaba desarrollar Cintra porque era un competidor.
P. ¿La fusión supone dilución en la participación y el control de Ferrovial por la familia Del Pino?
R. Pasaremos del entorno del 58% del capital al 44,6%. La familia prefiere estar con un menor porcentaje en una sociedad mejor que con uno mayor en una sociedad peor. Además, no cambia sustancialmente el control.
P. ¿Cómo ve la situación económica española?
R. Seguramente desde la transición no hemos vivido una crisis tan aguda como la presente. Creo que todo el mundo debería arrimar el hombro y trabajar para resolver el problema principal, que es el paro, o la falta de creación de empleo, y el segundo problema importante de nuestra economía, que es asegurar el crecimiento a medio plazo. Tenemos que lograr aprovechar todo el crecimiento económico potencial y no sólo una parte. ¿Cómo se hace? Eso son palabras mayores. En mi opinión, lo mejor y deseable es que las dos mayores fuerzas políticas llegasen a un acuerdo, como en su día fueron los Pactos de la Moncloa, sobre los puntos básicos de un programa económico que permita crecer y crear empleo. Hará falta una mayor inversión pública temporal, pero no un mayor gasto, para no recaer en un déficit crónico.
P. Este año, en el proyecto de Presupuestos para 2010 hay un fuerte recorte en la inversión en infraestructuras. ¿Una mala noticia para Ferrovial?
R. Es una mala noticia para el país en general. Sería bueno un acuerdo político en torno a unas bases comunes, en materia económica, que facilitase un crecimiento sostenido que propicie el empleo y reduzca el paro, que de momento es sólo un problema económico, pero que puede derivar en un grave problema social. A veces se dice que los empresarios queremos abaratar el despido y no es verdad, lo que deseamos es desarrollar la empresa y crear empleo. A ningún empresario le gusta llegar con el bisturí y recortar costes, gastos, I+D o inversión en el exterior. Se hace cuando no queda más remedio, pero no por gusto. Hay que crear un clima para que España sea competitiva.
P. Los Presupuestos del Estado para el año próximo, según el proyecto en tramitación, pueden incluir dos partidas que les benefician: una, centrada en el sobrecoste de las expropiaciones de suelo para las autopistas radiales, y otra, para el mantenimiento de las autovías de primera generación.
R. El tema de las radiales es delicado. La medida propuesta en los presupuestos no resuelve el problema de las compañías afectadas. En las radiales ha habido un sobrecoste de las expropiaciones altísimo, que no es responsabilidad de los concesionarios y que no ha sido resuelto por los sucesivos Gobiernos, en materia de información pública y en materia legislativa. Algo que nos da derecho a las concesionarias a reclamar un reequilibrio patrimonial. Lo que se propone en el proyecto de Presupuestos resuelve, y sólo de forma parcial, la financiación del problema, no el reequilibrio. Respecto a las autovías, el tema está aún en negociación.
P. ¿Condicionan estos problemas la puesta en marcha de los programas de colaboración público-privada en infraestructuras?
R. Los condiciona no porque las empresas se nieguen a participar, sino porque para invertir a largo plazo hace falta un marco de seguridad jurídica, que la falta de solución a las radiales pone en duda. El riesgo no está en la inversión de los actores actuales, sino en la credibilidad de España como un país serio para invertir.
P. Con la crisis se está poniendo en duda el papel del empresario y de la patronal, algo que quizá no es bueno en un país que sufre un déficit de emprendedores. ¿Cuál es su opinión?
R. El que existan tensiones tan manifiestas entre patronal y Gobierno no es bueno. Estamos en una situación económica difícil, se está polarizando España entre los que tienen trabajo y los que no. Los que tienen trabajo hoy están mejor que el año pasado porque, aparte de la incertidumbre de la continuidad en su empleo, les han bajado los tipos, la hipoteca, la inflación no progresa y los salarios suben más que la inflación. Y luego está la España que no tiene trabajo, una situación dramática que no puede perpetuarse. Debemos trabajar todos en la reducción de esa polarización, para acabar con la actual segmentación del mercado laboral y para crear empleo estable. Reducir también la diferencia entre quienes tienen el empleo bueno y los que lo tienen precario. Una vía es mantener los contratos actuales, pero que los nuevos sean diferentes. Hay que revisar todo el sistema. Se ha probado que no somos competitivos y es una situación que hay que cambiar.