La caída del consumo lleva al IPC subyacente a su mínimo histórico
El índice de precios de consumo se redujo en dos décimas en septiembre, para situarse en una caída interanual del 1%. La inflación subyacente, que excluye de su medida la energía y los alimentos frescos (los componentes más volátiles), bajó hasta el mínimo histórico del 0,1%.
Las cifras publicadas ayer por el Instituto Nacional de Estadística indican una nueva inflexión a la baja de las cifras del IPC (en agosto había aumentado seis décimas respecto a julio) y recogen un riesgo de contagio de la caída de los precios energéticos hasta los componentes menos volátiles de la cesta de la compra. La inflación subyacente, que no incluye en su cálculo las oscilaciones de alimentos frescos y energía, se redujo en tres décimas respecto a agosto, para situarse en el mínimo histórico del 0,1%.
La previsión del Gobierno, compartida en general por la mayoría de los analistas, estima que el IPC volverá a tasas positivas en el último tramo del año, para estabilizarse por encima de cero -aunque en niveles inusualmente bajos- durante el próximo año. La tesis oficial es que España tiene desinflación, pero no cabe temer un proceso deflacionario en tanto en cuanto la caída de precios no sería general ni prolongada.
Lo cierto es que el IPC general acumula ya siete meses en niveles negativos, impulsado fundamentalmente por el impacto negativo de los precios del petróleo respecto al año anterior. Y que la evolución de la inflación subyacente aporta un nuevo elemento para la preocupación: en el último año, la cascada de descensos la ha llevado desde el 3,5% hasta el citado 0,1%.
El núcleo duro del IPC amenaza así con pasar también a niveles negativos, lo que supondría una generalización de la caída de los precios. Al margen del impacto difuso del abaratamiento energético sobre los costes de transporte, el hecho de que la inflación estructural se acerque a la nulidad es un claro exponente de la atonía del consumo. Como muestra, las ventas minoristas registraron en agosto una caída anual del 6%.
Esa atonía de la demanda se prolongará al menos hasta la primera mitad de 2010, en la que la economía todavía no habrá escapado de la recesión, según los expertos. A partir de ahí, se abre un periodo de incertidumbre condicionado por la previsible subida del IVA, en dos puntos para el tipo general y en uno para el reducido. La medida tendría por sí misma un impacto inflacionista, al encarecer el precio final de los productos, aunque también puede contribuir a limitar el consumo.
Todas las comunidades autónomas registran caídas interanuales de precios, destacando las disminuciones del 2,2% en Canarias y del 2,1% en Castilla-La Mancha. Sólo en País Vasco, Cataluña y Madrid la disminución de los precios de consumo no alcanza el 1%.
Las claves
Descenso récord de la inflación estructuralExpansión: el descenso de precios, focalizado hasta ahora en la energía, amenaza con extenderse por la debilidad de la demanda.Subida del IVA: la atonía del consumo continuará en la primera parte de 2010. En la segunda, la subida del IVA tendrá un efecto inflacionista