La endiablada fiscalidad del tabaco
Hay margen para subir los impuestos sobre el tabaco? Una pregunta sencilla cuya respuesta resulta compleja, entre otros motivos, por la endiablada fiscalidad que grava las cajetillas de tabaco. Soportan IVA, un impuesto específico y otro denominado ad valorem que se calcula sobre el precio de venta. Además, desde 2006 también se aplica un impuesto mínimo, para evitar que las marcas de tabaco baratas sean excesivamente accesibles, especialmente para los más jóvenes.
Dependiendo de cómo se miren, los impuestos sobre los cigarrillos en España pueden ser más altos o más bajos que los de sus socios de la UE. Todo es relativo. La referencia a la hora de fijar los impuestos de los cigarrillos se establece a partir de la categoría de precios más demandada, que en España se sitúa en los tres euros. æpermil;ste es el precio que tiene en el mercado una cajetilla de Fortuna.
Esta marca, propiedad de Altadis (ahora controlada por la británica Imperial Tobacco) acapara el 11,4% del mercado, según las estadísticas que elabora el Comisionado para el Mercado de Tabacos (CMT). Aunque no es la marca más vendida, ya que la primera del ranking es Marlboro, con una cuota de mercado del 14,4%.
Salgado defiende en privado una nueva subida del tributo especial.
Las tabacaleras reclaman una actualización anual del impuesto mínimo.
Sin embargo, para establecer la carga impositiva se toma como referencia el precio de tres euros por cajetilla. A ese precio, una marca soporta una carga fiscal del 77,59%. Dicho de otra forma, cada vez que un fumador compra un paquete de Fortuna en un estanco destina a Hacienda 2,3 euros. Se trata de la décima carga fiscal más alta de la UE de los 27. Y cuando se haga efectiva la subida de dos puntos en el IVA el próximo mes de julio, España será el tercer país de la UE-15 con unos impuestos más altos sobre el precio de las cajetillas más vendidas.
Entonces, ¿por que es habitual escuchar que la fiscalidad sobre el tabaco es baja en España? Porque en parte es así. En 12 países de la UE-15 existe un impuesto mínimo, que en España se incrementó el pasado mes de abril desde los 70 euros por cada 1.000 cigarrillos hasta 91,30 euros. A pesar de la subida, es el tercer país de la UE-15 con el impuesto mínimo más bajo. Este tributo sólo se aplica cuando la fiscalidad de una cajetilla de tabaco -tras ser gravada por el IVA, el impuesto específico y el ad valorem- queda por debajo del umbral de los 91,30 euros. De esta forma, los paquetes que cuestan alrededor de 2,85 euros ya no les afecta el impuesto mínimo.
¿Es posible que las empresas tabacaleras no estén satisfechas con esta fiscalidad y reclamen un aumento? Puede parecer extraño, pero así es. Eso sí, no piden una subida generalizada, sino exclusivamente del impuesto mínimo. De hecho, fuentes de Hacienda reconocen que en los últimos meses son varias las voces del sector que reclaman su revisión al alza.
En concreto, las empresas se darían por satisfechas si el impuesto mínimo se actualizara automáticamente cada enero. A las grandes tabacaleras no les gusta que aún haya cajetillas a la venta a 2,15 euros, aunque su presencia en el mercado sea insignificante. Tampoco hay que olvidar que la subida del IVA repercutiría especialmente a las marcas más caras y más vendidas. Si las de mayor precio repercuten el 2% de subida se encarecerían en unos 25 céntimos, mientras que aquellas que se venden a 2,70 euros sólo costarían cinco céntimos más. Por eso, no hay que descartar que no todas las cajetillas repercutan por igual el alza del IVA. No están las cosas como para abrir las hostilidades y dar el pistoletazo a otra guerra de precios. Aún están calientes los rescoldos de las disputas de 2006, cuando la guerra de precios entre Altadis y Philip Morris consiguió dañar a todos los operadores del sector.
Si se sube el impuesto mínimo, sólo estarían afectadas aquellas marcas que se venden por debajo de 2,85 euros. Con ello, se conseguiría dar un empujón hacia arriba al precio de los cigarrillos, comparativamente bajos respecto al resto de la UE. Por ejemplo, la marca más cara en España, Marlboro cuesta 3,45 euros, cuando el precio medio en el conjunto de la Unión alcanza los 4,56 euros. De hecho, fuentes del sector asumen que el precio medio está actualmente a los mismos niveles que a principios de la década del 2000 y que aún queda mucho recorrido para llegar a los niveles de nuestros socios de la UE.
A pesar de que el Gobierno incrementó los impuestos sobre el tabaco el pasado abril, no puede descartarse una nueva subida. La ministra de Economía, Elena Salgado, ha defendido en privado su voluntad de volver a elevar, "a la mínima que pueda", la fiscalidad sobre el tabaco, indicaron fuentes parlamentarias. "Debemos evitar que España sea el estanco de Europa", decía Elena Salgado en 2005, cuando era Ministra de Sanidad. Por otra parte, la Comisión Europea propone una nueva subida impositiva que, de momento, no cuenta con el apoyo unánime de los Estados miembros.