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Energía

Eon deja vía libre a la planta de 'carbón limpio' de Iberdrola en Reino Unido

Iberdrola gana posiciones en la carrera por lograr el respaldo del Gobierno británico para desarrollar una planta de carbón limpio después de que Eon, su principal rival en este proceso, haya pospuesto dos años su propuesta.

El proyecto que Iberdrola tiene en marcha en la central de carbón de Longannet (Reino Unido), propiedad de su filial Scottish Power, para desarrollar una tecnología de captura y almacenamiento de CO2 viable gana puntos para conseguir el poyo del Gobierno británico. El Ejecutivo de Gordon Brown tiene previsto preseleccionar a finales de año dos propuestas para desarrollar una central de este tipo a escala comercial, que contaría con el consiguiente apoyo público. Los tres candidatos son la filial de Iberdrola y las alemanas Eon y RWE.

Sin embargo, la semana pasada Eon informó de que posponía durante "dos o tres años", hasta 2016, su proyecto de carbón limpio debido a la crisis y la caída de la demanda eléctrica. Una decisión que despeja el camino a Iberdrola, ya que el Gobierno británico quiere que el proyecto que finalmente se elija comience a dar sus primeros pasos en 2014.

En un comunicado, Scottish Power ha reclamado al Departamento de energía y cambio climático (DECC) del Ejecutivo que aclare qué consecuencias tiene la decisión del grupo alemán y ha ratificado su compromiso de seguir adelante con el proyecto y en los plazos previstos. Desde el DECC se han limitado a aclarar que no hay cambios y que el anuncio de Eon no supone su renuncia a participar en el proceso, informa Bloomberg.

El Gobierno británico no ha explicado todavía cuándo elegirá el proyecto definitivo ni cuánto dinero aportará al mismo. Sólo se sabe que los dos candidatos que seleccione en diciembre se repartirán 90 millones de libras (97 millones de euros) para seguir adelante con sus estudios de viabilidad.

Plan en marcha

De momento, la eléctrica española ya tiene en marcha, desde el pasado mes de mayo, en Longannet un módulo de ensayos capaz de procesar 1.000 metros cúbicos por hora del gas que emite la planta. Sólo hay otra planta de captura de CO2 en marcha en el mundo, la de la petrolera Total en Lacq (Francia).

La iniciativa de Scottish Power cuenta con el respaldo de la petrolera anglo-holandesa Shell y de National Grid, la empresa que gestiona las redes de transporte de energía de Reino Unido. Estos socios se incorporaron al proyecto en agosto, después de que la petrolera estadounidense Marathon Oil se retirara del consorcio promotor.

National Grid participará en desarrollo de las infraestructuras necesarias para trasladar el dióxido de carbono que se capture en la planta hasta su almacenamiento, ya sea mediante tubería o barco. El gas se inyectará bajo las aguas del Mar del Norte, en un confinamiento geológico de Shell a la altura de la localidad escocesa de Aberdeen.

La Comisión Europea se ha fijado como objetivo disponer de una tecnología de captura y almacenamiento de CO2 que sea viable comercialmente en 2020. Para ello, quiere contar en 2015 con una docena de plantas piloto de tamaño real, que capten más de un 80% del CO2 emitido, funcionando en varios países. El pasado mes de marzo, Bruselas eligió en España el proyecto que desarrolla Endesa en Compostilla (León). En Reino Unido, el de Iberdrola se considera como preseleccionado. Por este motivo, ambas iniciativas recibieron ya una subvención de 180 millones.

Interés de China por la nueva tecnología

El módulo de ensayos puesto en marcha por Scottish Power en Longannet para probar las tecnologías de carbón limpio ha despertado interés a nivel internacional, en especial entre compañías chinas. De hecho, antes del verano, representantes de China Investment Corporation estuvieron visitando las instalaciones de la filial de Iberdrola.En los últimos cinco años, China ha desarrollado su capacidad de generación eléctrica con carbón hasta casi igualar la instalada en EE UU (unos 332 gigavatios), con el consiguiente incremento en las emisiones de CO2, lo que está impulsando su interés por los proyectos de captura y almacenamiento de dióxido de carbono. Máxime cuando el país prevé construir 300 nuevas centrales térmicas hasta el año 2018.En su planta escocesa, la eléctrica que preside Ignacio Sánchez Galán está probando un sistema para capturar el CO2 tras la quema del carbón (poscombustión) mediante un proceso de absorción química. La tecnología está desarrollada por el grupo noruego Aker. La ventaja de este sistema frente a otros alternativos es que es aplicable a centrales ya existentes con unas modificaciones menores. El problema es que el modelo exige un alto consumo energético.

La cifra

40% es el sobrecoste de una planta de carbón con captura y almacenamiento de CO2 respecto a otra convencional, según las primeras experiencias.

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