Magna retrasa la compra de Opel por la presión de España y Reino Unido
La planta de Opel en Figueruelas negociará su futuro con la alemana de Eisenach. Con este compromiso, Magna ha desatascado su desembarco en la filial europea de General Motors. El cierre de la compra, previsto en principio para hoy, se aplaza hasta que haya un pacto sobre el plan industrial que quiere poner en marcha el grupo.
La oposición de las plantas de España y Reino Unido ha logrado retrasar la compra de Opel por Magna. El grupo austriaco canadiense aseguró ayer a los representantes sindicales de las fábricas europeas que no firmará la operación hasta no haber conseguido el apoyo total a su plan industrial. En la reunión celebrada ayer en Alemania, el plan de ahorro, cifrado en 226 millones de euros entre las nueve fábricas, contó con el voto en contra del Reino Unido, que no considera asegurada la continuidad de la planta de Luton y seriamente perjudicada la de Ellesmere Port. Figueruelas se abstuvo, al exigir el mantenimiento de la actual estructura de la fábrica, cuestión todavía en litigio.
Los representantes de la fábrica aragonesa sentían ayer que había conseguido un avance después de tantas negativas sufridas en los últimos meses. Magna ha decidido impulsar una negociación bilateral entre Figueruelas y la fábrica alemana de Eisenach, que se iniciará la próxima semana, para tratar de armonizar el funcionamiento de ambas plantas. Como punto de partida, el grupo austriaco-canadiense ha asegurado que se descartará cualquier injerencia política y que se actuará con criterios estrictamente industriales y económicos. Bajo ese planteamiento, la fábrica zaragozana cree que tiene mucho que ganar.
El secretario de la Federación del Metal de Aragón, Luis Tejedor, que asistió a la reunión europea, manifestó a CincoDías que "por lo que hemos visto, Magna parece decidida a introducir modificaciones en su plan industrial. Todavía no hemos conseguido acuerdos, pero se han frenado decisiones que hubieran perjudicado seriamente a Figueruelas. Ahora vamos a vivir momentos decisivos para el futuro de la fábrica".
Compromiso con GM
Algunos comentarios expresados por ejecutivos de Magna también resultan alentadores para Zaragoza. Especialmente, los relativos a evitar la contratación en una planta (Eisenach) a costa de los despidos en otra (Figueruelas). También la disposición a respetar el compromiso, anteriormente suscrito entre General Motors (GM) y el comité europeo, de no cerrar plantas en Europa. La fábrica de Amberes (Bélgica) y la británica de Luton parecen disponer, en estos momentos, de oportunidades de continuidad que se daban por perdidas.
Como contrapartida, los sindicatos europeos podrían incrementar su participación en el capital de la nueva Opel, ahora cifrado en un 10%. Este porcentaje implica una renuncia salarial de 265 millones de euros hasta 2014.
Los representantes sindicales europeos han solicitado también una revisión del ajuste laboral. En España, se sugiere que el grueso de los 1.672 despidos sea sustituidos por bajas incentivadas y la aplicación de ERE temporales, además de la reducción de la jornada laboral. La aplicación de esta fórmula se sugiere especialmente para las plantas europeas más afectadas por ajustes laborales y también como alternativa al cierre.
Tejedor subraya que "la confrontación ha dado paso a la reflexión". Añade que ahora "nos toca afrontar una negociación durísima, en la que debemos pelear por el mantenimiento de la estructura productiva de Figueruelas, porque nos estamos jugando el futuro de la planta".
Venta de Saturn
Por su parte, ayer se conoció que el grupo Penske Automotive, propiedad del magnate Roger Penske, ha roto las negociaciones con GM para la adquisición de la Saturn, lo que pone en peligro el mantenimiento de 13.000 empleos y 350 concesionarios de la marca en EE UU.
El consejero delegado de GM, Fritz Henderson, lamentó la decisión de Penske, "después de meses de trabajo por parte de cientos de empleados y concesionarios de Saturn para hacer que la nueva Saturn fuera una realidad".
Fuerte impacto en la industria auxiliar
El cluster de automoción, que representa a la industria auxiliar de Figueruelas, exigió ayer a los representantes políticos "la máxima implicación" en la defensa de la planta zaragozana.La asociación advierte de las dramáticas repercusiones que una drástica reducción de la capacidad productiva de la planta española matriz tendrá para sus proveedores.El cluster estima en 5.000 los empleos en riesgo, si se confirma la transferencia de parte de la producción del Corsa a la fábrica alemana de Eisenach, planta que suplantaría el liderazgo hasta ahora reconocido a Figueruelas en Europa.El cluster subraya que la industria aragonesa de automoción ha perdido ya 3.500 puestos de trabajo y otros 4.000 empleos se están viendo afectados por expedientes de regulación de empleo (ERE).El cambio de volúmenes de producción a favor de la planta de Eisenach implicaría la desaparición de varias empresas instaladas en el entorno de Figueruelas y tendría un impacto muy negativo sobre el tejido industrial aragonés.La asociación concluye que el sector de la automoción, con cerca de 35.000 empleos, constituye uno de los pilares de la industria autonómica.