Tensa mañana en Barclays
Ayer no fue una mañana cualquiera en las oficinas de Barclays, en la plaza de Colón de Madrid. Los nervios aparecieron, no tanto cuando una grabación algo tétrica anunciaba por los altavoces que se debía abandonar el edificio, sino cuando algunos trabajadores de la entidad confirmaron que no se trataba de un simulacro. Era una amenaza de bomba. A algunos les entró la prisa y otros, con más calma, fueron desalojando el edificio. Pero sin duda, peor lo tenían los ocupantes de la otra sede del banco en las Torres de Colón. En este caso, tampoco pudieron utilizar los ascensores y tuvieron que bajar por las escaleras, alguno desde la planta 23, con el agravante de que su apresurado descenso era observado desde la calle por los peatones. Falsa alarma. Una hora después todos volvían al trabajo. Esta vez en ascensor.