El Santander insiste en que el tamaño de las entidades no es un factor de riesgo
El tamaño de los bancos no debe considerarse un elemento de riesgo para su estabilidad, subrayó hoy el consejero del Santander Juan Rodríguez Inciarte, quien citó como factores más relevantes para evaluar la solidez de las entidades el modelo de negocio, las interconexiones y el gobierno corporativo.
Rodríguez Inciarte -ejecutivo del primer banco de España por activos y uno de los más grandes del mundo, que ha aprovechado, además, la crisis para seguir creciendo con adquisiciones- lamentó que el debate internacional sobre los problemas del sector financiero "se está centrando demasiado en el tamaño".
Durante su intervención en un foro organizado por Eurofi y la Presidencia sueca de la Unión Europea (UE), el banquero español advirtió de que obligar a las entidades a reducir sus balances, o imponerles nuevas exigencias de capital o liquidez, no reducirá los riesgos sistémicos y puede tener efectos negativos sobre la economía.
Abogó, por el contrario, por prestar más atención al modelo de negocio aplicado por cada entidad, a sus interconexiones y al tipo de gobierno corporativo.
Rodríguez Inciarte destacó, entre las ventajas asociadas a las grandes entidades activas en distintos mercados y áreas de negocio, la mayor capacidad de diversificar los riesgos, el ahorro de costes y la posibilidad de ofrecer a sus clientes una gama más amplia de productos y servicios.
Reseñó, eso sí, la importancia de contar con una estructura legal diseñada para limitar el riesgo de contagio en caso de problemas en una división.
Puso como ejemplo de ese modelo la estructura internacional del Santander, organizada en torno a filiales que gozan de gran independencia y que, en caso de crisis en un mercado, actuaría como "cortafuegos", impidiendo la traslación al resto de filiales.
En el mismo foro, el director del departamento de Estabilidad Financiera del Banco de España, Jesús Saurina, defendió el sistema de provisiones dinámicas aplicado por esta institución a las entidades que operan en España y que ha permitido que éstas sortearan con relativa comodidad las turbulencias financieras.
Saurina explicó que este sistema trata de limitar la tendencia natural de las entidades a dejarse llevar por la confianza en las fases expansivas -lo que implica en ocasiones rebajar las exigencias en la concesión de créditos- y a compensarlo con un riguroso conservadurismo en los períodos de crisis.
En opinión del Banco de España, las provisiones dinámicas -que se suman a las denominadas genéricas, obligando a los bancos y cajas a elevar las reservas cuando el crecimiento del crédito se acelera- "son la solución a este problema".
Según cálculos del organismo supervisor, las provisiones dinámicas acumuladas por las entidades españolas equivalen a entre el 1,2% y 1,5% del importe total de los créditos, una "cantidad significativa" que ha ayudado, resaltó Saurina, a afrontar la crisis financiera.