Goirigolzarri abandona BBVA al continuar González como presidente
Se cansó de esperar. El hasta ayer consejero delegado de BBVA, José Ignacio Goirigolzarri, ha abandonado el banco tras ocho años en el cargo. Sus aspiraciones de ser presidente ejecutivo del segundo grupo financiero español se cerraron ayer cuando el consejo de BBVA decidió proponer la continuidad de Francisco González como presidente, cargo que puede mantener hasta los 70 años. A Goirigolzarri le sustituye Ángel Cano, hombre de confianza de González, que lleva 19 años en el grupo.
Goirigolzarri era prácticamente el último alto cargo que quedaba en BBVA procedente del desaparecido BBV, fusionado en 2000 con Argentaria. Llevaba ocho años como consejero delegado, en sustitución de Pedro Luis Uriarte, que salió junto a Emilio Ybarra del grupo al descubrirse unas cuentas secretas. Ascendió tras una fuerte la crisis en la cúpula del banco -las diferencias entre Francisco González y Emilio Ybarra eran notorias-, y se va también en plena crisis, en este caso financiera y económica.
El detonante de su salida, según todas las versiones recopiladas por este periódico, ha sido ver truncada casi para siempre su lógica aspiración a ser algún día presidente de BBVA, entidad en la que llevaba trabajando casi 30 años si se suman sus años en BBV y antes Banco Bilbao (BB) y Banco Vizcaya (BV).
El consejo de administración de BBVA decidió ayer formalizar la decisión de que González amplíe su mandato como presidente. El próximo 19 de octubre González cumplirá 65 años, edad establecida inicialmente para dejar el cargo, pero ampliada a los 70 años -igual que para todos los consejeros-, hace 22 meses. La decisión del máximo órgano de gobierno del banco debe ser aún ratificada por la junta de accionistas, que se celebrará en marzo. Pero todo indica que permanecerá algún año más (dos o tres ejercicios con un máximo de cinco) al frente, una vez que en 2010 debe ser renovado como consejero y presidente.
De esta forma, Goirigolzarri tendría que esperar un máximo de cinco años para ser el responsable del grupo, con lo que le situaría ya con 60 años de edad, y su ascenso no está tampoco garantizado. La salida de Goirigolzarri se produce como una jubilación anticipada, según lo acordado entre el banco y el directivo, por lo que percibirá una pensión anual del 80% de su sueldo base, que ascendió a 4,28 millones de euros en 2008, es decir, recibirá alrededor de 3 millones brutos al año. El directivo cuenta con un fondo de pensiones en el banco de 52,49 millones de euros que BBVA le tiene asignado en concepto de jubilación. Además, Goirigolzarri contaba con un plan de incentivos a largo plazo en acciones por el que recibiría este año 383.400 acciones, que al cambio actual supondría 4,73 millones.
El directivo, que ya adelantó al consejo su decisión de salir del banco hace varios meses -antes de primavera, aunque fue el pasado fin de semana cuando se cerraron los cambios- continuará vinculado al grupo. De hecho, una de las costumbres que tiene BBVA es colocar en los consejos de sus participadas a prejubilados de la entidad, y en este caso Goirigolzarri podría ser nombrado consejero de Telefónica, e incluso vicepresidente, una vez que su salida de la institución financiera es pactada, según deja entrever él mismo en el comunicado de BBVA. "Tras ocho intensos años como consejero delegado y más de 30 al servicio del grupo, ha llegado el momento de dar paso a un relevo generacional en la gestión del día a día del banco. Ángel cuenta con la experiencia, el equipo y el liderazgo", señala.
Fuentes del consejo aseguran que las peticiones para que González continuase al frente de BBVA han sido unánimes, ya que consideraban que con la actual crisis no era el mejor momento para dejar el banco. "Es un presidente conocido en todo el mundo, presente en un gran número de foros financieros importantes en estos momentos. Además, el grupo quiere seguir creciendo con operaciones corporativas cuyo camino ha iniciado González. No se podía ir", aseguran desde el consejo. Pese a todo, en el mercado ha sorprendido que Goirigolzarri dejara su cargo ahora en vez de al cierre del ejercicio.
Ángel Cano asume el cargo de consejero delegado
El sustituto de José Ignacio Goirigolzarri será un hombre de la casa. Ángel Cano inició su andadura profesional en Arthur Andersen, pero ha desarrollado casi toda su carrera profesional en el seno del segundo banco español.Tras siete años en la consultora estadounidense, donde se especializó en asuntos financieros, dio el salto a Argentaria. Corría 1991 y se hizo cargo de la intervención general del banco. En 1998 se incorporaba al comité de dirección.El directivo mantuvo estas responsabilidades tras la fusión de Argentaria con BBV. De hecho, en 2000 se incorporó a la cúpula directiva del nuevo grupo.La década recién estrenada trajo también nuevas responsabilidades. Cano fue nombrado director financiero de BBVA en 2001. Un par de años más tarde fue designado máximo responsable de recursos humanos.Desde finales de 2005 sumó a sus obligaciones la dirección del área de tecnología de la entidad financiera. Desde entonces y hasta ayer, cuando fue nombrado consejero delegado, fue director de recursos y medios.
Cambios en cadena en el organigrama
La salida de José Ignacio Goirigolzarri del grupo BBVA y el ascenso de Ángel Cano han provocado una oleada de movimientos en cadena en la cúpula del segundo banco español. Hasta ahora, Cano ocupaba la dirección de Recursos y Medios de la entidad, con responsabilidad directa en la gestión de los recursos humanos, las infraestructuras y la tecnología, así como de la ejecución de los planes de transformación de BBVA.Las tareas que desempeñaba Ángel Cano pasarán a dos de sus subordinados. Juan Ignacio Apoita, que hasta ahora tenía a su cargo la dirección de Recursos Humanos del banco, asumirá también la pata de Servicios. Mientras tanto, Ramón Monell, que estaba al frente de la dirección de Tecnología y Operaciones, llevará también la innovación.De esta forma, el comité de dirección del grupo BBVA pasará a contar con 16 miembros, al haber accedido Apoita y Monell en sustitución de Ángel Cano.Otro de los movimientos en el organigrama de BBVA, también anunciado ayer, tiene que ver con la salida de José Sevilla, quien ocupaba el cargo de director de Riesgos. Este puesto lo ocupará a partir de ahora Manuel Castro, quien en los últimos años estaba a cargo del área de Innovación y Desarrollo de Negocio.Los cambios de ayer se producen tan sólo tres semanas después de que la entidad reorganizara la dirección de su gestora de fondos y de su filial aseguradora. La consejera delegada de BBVA Seguros, Rosa Alegría, dejó el grupo, y provocó varios movimientos en cadena de directivos.
Apuesta por el futuro. BBVA justificó la renovación de su consejero delegado y de parte de su comité de dirección como una vía para "avanzar con mayor celeridad hacia "un modelo de crecimiento, aún más innovador, más eficiente y con mayor foco en el cliente".