Bruselas fija las bases legales para el nuevo sistema europeo de supervisión
La Comisión Europea tiene previsto aprobar mañana los proyectos legislativos para crear los nuevos órganos de supervisión financiera a nivel comunitario. El penúltimo paso antes de la reforma del sistema de supervisión se produce sólo un día antes de que comience en Pittsburgh la cumbre del G-20, lo que permitirá a Europa demostrar al resto de países que sigue adelante con el calendario anunciado a finales de 2008.
El objetivo comunitario es que a lo largo de 2010 los tres comités europeos actuales (de banca, seguros y mercados bursátiles) se transformen en Autoridades de supervisión con potestad para aprobar normas de obligado cumplimento y resolver posibles conflictos sobre el control de entidades transfronterizas entre los reguladores nacionales implicados.
El plan también prevé la creación de un comité de supervisión macroeconómica que, con el apoyo analítico, estadístico y logístico del Banco Central Europeo (BCE), pueda emitir señales de alerta y recomendaciones cuando aprecie síntomas de inestabilidad financiera.
La creación de todos esos organismos da seguimiento en gran parte a las propuestas planteadas en febrero de este año por el grupo de alto nivel presidido por Jacques de Larosière (antiguo director general del Fondo Monetario Internacional).
En principio, la tramitación de los proyectos legislativos debería ser fluida, porque los ministros de Economía y Finanzas de la UE (Ecofin) ya trazaron en junio las líneas rojas que Bruselas no debe traspasar.
Londres logró el compromiso del resto de socios comunitarios para garantizar que la actuación de las nuevas Autoridades no podrá invadir en ningún caso la soberanía fiscal de cada país. Es decir, que la utilización de dinero público para rescatar un banco transnacional en dificultades seguirá requiriendo una negociación entre los países afectados sin intervención de Bruselas.
Los ministros también acordaron que el banco central de cualquier país de la UE pueda presidir el órgano de supervisión macroeconómica. La CE preferia reservar el puesto para el BCE.