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Nuevas tecnologías

Grammata lucha con titanes para extender el 'libro' del futuro

La empresa granadina aspira apopularizar el texto electrónico conel Papyre 6.1.

Parece que ha llegado la hora del libro electrónico o e-book, o al menos eso es lo que opina Juan González de la Cámara, fundador y director general de Grammata, una empresa de capital 100% español orientada al diseño y comercialización de su primer modelo de lector, el Papyre 6.1, así como de los contenidos para el mismo.

Este licenciado en física nuclear y apasionado desde siempre por el mundo de la informática lleva más de tres años trabajando en el sector de los libros electrónicos. "Lo más importante no es el soporte, sino el contenido; piedra, papiro, pergamino, papel. Y Papyre es el siguiente soporte", cuenta De la Cámara.

Se trata de un dispositivo electrónico que permite la reproducción de contenidos digitales (libros, publicaciones periódicas y documentos de muy diversos tipos) en cualquier momento y lugar, con una calidad de lectura como en el formato de papel gracias a la tecnología de tinta electrónica denominada Eink, que no emite luz, por lo que no cansa la vista.

"La digitalización del libro será una de las decisiones más estratégicas que tendrán que tomar los editores. Es necesario un cambio de mentalidad para adaptarse a los nuevos tiempos. No se trata de prescindir del papel, sino de que convivan ambas modalidades con el fin de que se complementen", apunta el fundador de Grammata.

Con una capacidad de almacenamiento de 4 gigas, el Papyre tiene espacio suficiente como para guardar unos 4.000 libros. De base, al comprarlo, se obtiene una biblioteca de 500 libros clásicos precargados que se pueden ampliar con diferentes títulos a través de internet, donde existen 300.000 libros disponibles en castellano, o bien desde la web de la propia empresa con enciclopedias, cursos, audiolibros y suscripciones a periódicos, revistas y blogs.

Otra de las ventajas que ofrece el libro electrónico es que cuenta con una batería que permite leer durante semanas sin tener que recargarla, ya que tiene una durabilidad de hasta 10.000 pasos de página.

"La principal diferencia entre Papyre y los dispositivos ofrecidos por nuestros competidores, el Kindle de Amazon y el E-reader de Sony, radica en que el nuestro es un libro electrónico libre, es decir, apostamos por formatos libres como el PDF, TXT, RTF, etc., mientras ellos se decantan por formatos propietarios", puntualiza De la Cámara.

Grandes superficies

La compañía comercializa el Papyre a través de grandes superficies comerciales a un precio de 299 euros. Durante el año pasado, Grammata registró unas ventas de 4.500 unidades, lo que supuso una facturación de 700.000 euros, y para este año prevén superar esa cifra hasta alcanzar los 50.000 dispositivos, apostando porque sea el "regalo estrella de estas navidades".

En los próximos años es de esperar que surjan nuevos y mejorados dispositivos para llevarse la biblioteca entera en el bolsillo. "Estamos trabajando en la mejora de los contenidos y las comunicaciones, incorporando el Bluetooth, Wifi y la tecnología 3G", avanza De la Cámara.

Datos básicos

FUTURO El lector de libros electrónicos del futuro tiene que estar conectado a internet y tener acceso a la biblioteca universal, a la prensa y a la web. La idea es que ya no leemos "sólo" un libro, sino que también nos interesamos por las notas y apuntes que nuestros contactos han dejado en él. La pantalla además será táctil para poder subrayar, añadir notas y pasar la página con mayor comodidad.BARRERAS Aunque ahora mismo los libros electrónicos no representan ni el 1% del volumen total de ingresos en el negocio editorial, para 2015 se prevé que este formato acapare el 50% del mercado. Uno de los temas de fondo que más preocupa a los editores españoles es la protección de los derechos de propiedad intelectual, para que no se repita la historia que ya sucedió en el ámbito musical con las discográficas.EXPECTATIVAS Si se cumplen las expectativas, se habrá logrado promover el acceso a la lectura entre quienes son asiduos a los ordenadores, cambiar el tipo de letra para hacerlo accesible a personas con mala visión, o facilitar la suscripción a distintas publicaciones periódicas, entre otros efectos positivos.

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