El Congreso avala las ayudas a los parados sin cobertura, pero debatirá cambios en la ley
El Gobierno logró sacar adelante ayer en el Congreso las ayudas de 420 euros mensuales a los parados sin subsidios, con la única oposición de la diputada Rosa Díez. La decisión final de que tengan acceso a esta ayuda los desempleados que perdieron el subsidio desde el 1 de enero de este año obligará a tramitar el decreto ley como proyecto de ley y, por lo tanto, se debatirán las enmiendas que presenten los diferentes grupos parlamentarios.
Izquierda Unida ya ha advertido que propondrá que estas ayudas se conviertan en una prestación más y, por lo tanto, se incorporen con carácter estructural a los Presupuestos estatales. En opinión de otras fuerzas políticas, como Convergencia i Unió, ello obligaría a trasladar esta decisión a la Comisión del Pacto de Toledo.
La tramitación del proyecto de ley se prolongará, como mínimo, hasta noviembre. Se produce así la paradoja de que hasta la fecha de su aprobación definitiva no podrán solicitar esta ayuda los desempleados que agotaron el paro entre el 1 de enero y el 31 de julio, mientras que los que lo hicieron a partir de esta última fecha ya la están cobrando. Ello se debe a la improvisación con la que obró el Gobierno, aprobando un decreto que no tenía posibilidad alguna de ser respaldado por el Congreso si no daba retroactividad a estas ayudas a fecha 1 de enero.
La Asociación Nacional de Empresarios y Profesionales Autónomos criticó ayer que el Gobierno y las fuerzas políticas hayan "abandonado" a los autónomos al no haberlos incluido como beneficiarios de la ayuda de 420 euros.
El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, defendió estas ayudas con el argumento de que son los ciudadanos sin recursos los que más sufren el impacto de la crisis. El diputado del PP José Ignacio Echániz justificó el apoyo a este decreto ya que "de lo contrario, sería condenar a la indigencia a los nuevos pobres que ha creado el Gobierno".
Para la diputada Rosa Díez, estas ayudas son "cicateras" y demuestran que la izquierda "ha perdido la ambición social".