La morosidad del crédito al consumo sube al 18,6% en el semestre
Frenazo en cadena. Eso es lo que está sucediendo en el negocio del crédito al consumo, y más concretamente en la financiación de automóviles. Según los datos facilitados ayer por la Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito (Asnef), la nueva inversión de las operaciones al consumo de bienes duraderos alcanzó los 11.603,7 millones de euros en el segundo trimestre del año, lo que representa una caída del 32,2% respecto a igual fechas del año pasado.
De esta cifra 8.373,6 millones corresponden al sector de consumo, con un descenso del 24,1%. Pero es en el sector de la financiación de automoción donde el parón es más evidente, con 3.235,3 millones de euros concedidos en el trimestre, el desplome es del 47%. Los préstamos a turismos nuevos es el principal causante de esta caída, ya que se ha concedido un 52,2% menos de dinero que un año antes, al sumar una financiación de 2.458,9 millones de euros.
La financiación del turismo usado también desciende, pero en menor medida, algo lógico en una crisis como la actual. Baja un 11,9% al sumar una financiación de 660,3 millones. Pero más que el desplome de este negocio llama la atención su alta morosidad. Del 9,6% para todo el sector de los establecimientos financieros de crédito. De esta cifra, los activos impagados del crédito al consumo representan el 18,6% -17,5% en el primer trimestre-, y el 11,2% en el de automoción -13,7% a marzo-.
Pese a estos demoledores datos, Asnef asegura que en el segundo trimestre se ha moderado la caída de la actividad financiera frente a marzo, periodo en el que el crédito al consumo bajó el 51%.
Las tarjetas, un negocio en retroceso
Los préstamos personales son los que han experimentado un mayor retroceso en el sector del consumo, seguidos por la acusada bajada de la financiación de bienes de consumo y por la caída en el uso de las tarjetas de crédito revolving -vinculadas a un préstamo-. Este dinero de plástico financió de abril a junio 6.202,2 millones de euros, con una caída del 14,7%. Los nuevos créditos a bienes de consumo sumaron 1.786,9 millones, el 29,9% por debajo de hace un año. Mientras que los préstamos personales alcanzaron lo 384,5 millones, con un desplome del 68,1%.