Los demócratas proponen en EE UU una reforma sanitaria pero descartan la "opción pública"
El senador estadounidense demócrata Max Baucus, presidente del Comité de Finanzas de la Cámara, presentó hoy una propuesta de reforma del sistema de salud que da cobertura a millones de personas sin seguro, pero que descarta la polémica creación de un "seguro público".
En líneas generales, esta propuesta, que busca encauzar el duro debate que se ha desatado en torno a la reforma de la sanidad estadounidense, es un plan a diez años que costará unos 856.000 millones de dólares, algo menos del billón de dólares que alcanzaban versiones anteriores.
El plan garantiza, como quiere la Casa Blanca, la cobertura sanitaria para más de 30 millones de estadounidenses que carecen de seguro en la actualidad.
No obstante, la propuesta descarta la creación de un plan de sanidad pública, una posibilidad defendida por algunos demócratas y que en las últimas semanas ha levantado críticas muy duras de los más conservadores, que lo consideran un intento de "socializar" la sanidad.
Con la creación de un "plan público", los demócratas pretendían introducir competencia en un sector muy opaco y, en definitiva, provocar un descenso de los precios.
En lugar de esta posibilidad, la propuesta que firma Baucus -presidente del Comité de Finanzas de la Cámara Alta- establece la creación de unas cooperativas de salud que darán servicios a los particulares sin ánimo de lucro, y por tanto, a precios bajos.
Estás cooperativas echarán a andar con una ayuda del Gobierno federal de 6.000 millones de dólares
Además, el plan establece la creación de un mercado regulado donde las familias podrán comparar los distintos planes de salud, contrastar precios y contratar el que más les interese, y suaviza los requisitos para disfrutar del Medicaid, el plan que funciona en EEUU para los más pobres.
Entre otros puntos, la propuesta demócrata introduce la prohibición de que las aseguradoras de salud den de baja a clientes por el coste de su enfermedad, siempre y cuando estén al día en el pago de sus cuotas.
Además, el proyecto de ley aumenta la protección de los asegurados que contratan una póliza estando ya enfermos, y para aquellas familias de bajos ingresos que no puedan acceder al Medicaid, establece unas ayudas, vía devolución de impuestos, para que puedan contratar un seguro.
Las familias, por su parte, estarán obligadas a contratar un seguro de salud, y podrán ser sancionadas con multas de entre 750 y 3.800 dólares si no cumplen con esta exigencia.
La propuesta de Baucus es más moderada que otras que han aparecido en el Capitolio, y que recogen por ejemplo la obligación de los empresarios de proveer cobertura sanitaria a sus empleados.
Con su propuesta, que será votada la próxima semana, el senador Baucus quiere enderezar un debate que ha alcanzado altas temperaturas en las últimas semanas, así como ayudar a la Casa Blanca a sacar adelante su principal proyecto actual en política doméstica.
"Este es un momento único en la historia en que podemos lograr el objetivo para el que muchos hemos estado luchando durante mucho tiempo", dijo hoy el senador, al presentar su propuesta.
El Comité de Finanzas del Senado es uno de los cinco comités de la Cámara Alta que debe aprobar algunas de las propuestas de salud antes de que el tema llegue a los plenarios del Senado y de la Cámara de Representantes.
La propuesta de Baucus supone una recomposición total del actual sistema de salud estadounidense, que mueve 2,5 billones de dólares, y será financiada vía impuestos (349.000 millones) y mediante recorte de gastos (507.000 millones), por lo que no aumentará el déficit del país.
Además establece gravámenes para la industria, en un intento de que colaboren con la reforma. Los proveedores de servicios sanitarios tendrán que aportar 93.000 millones en diez años, las farmacéuticas 2.300 millones, los fabricantes de instrumental médico 4.000 millones, y las aseguradoras de salud 6.000 millones.
Si bien el texto, de 223 páginas, acaba de ser presentado formalmente hoy, algunos republicanos se han apresurado a dar a conocer sus críticas.
El líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, se quejó de que el plan recortará los servicios del Medicare, como se llama el plan de salud que disfrutan los ancianos, e provocará la subida de impuestos a los negocios y familias trabajadoras.