Caja Madrid se asoma al final de su laberinto
La guerra por el control de Caja Madrid entra en su recta final. Un año después de que las espadas se alzaran, los contendientes tan sólo tienen hasta finales de noviembre para maniobrar. Tras 12 meses frenéticos plagados de informes jurídicos, leyes ad hoc elaboradas en tiempo récord por la Asamblea de Madrid, apelaciones al Tribunal Constitucional, y pactos contra natura... la suerte está echada. En un primer plano, el proceso electoral de la segunda entidad de ahorro más poderosa de España. Caja Madrid debe renovar más de la mitad de su asamblea general. Tras la designación de los nuevos miembros de este órgano (denominados consejeros generales), cambiarán los equilibrios de poder en el consejo de administración y se votará para nombrar a un nuevo presidente, o para ratificar en el cargo al actual, Miguel Blesa.
El telón de fondo es más abigarrado, y está configurado por las luchas políticas entre facciones del Partido Popular. De un lado, la Comunidad de Madrid, presidida por Esperanza Aguirre, que lleva meses tratando de aumentar su cuota de poder en la entidad y desbancar a Blesa. De otro lado, el Ayuntamiento de Madrid, regido por Alberto Ruiz-Gallardón, que se ha defendido con uñas y dientes para no ver reducida su representación en la caja. Y, por encima, la cúpula nacional del Partido Popular, en cuya mano está, según todas las fuentes, la decisión sobre el nuevo presidente de Caja Madrid.
El primer paso para que la entidad saliera de su laberinto se dio en junio, cuando Esperanza Aguirre cerró un acuerdo con Comfia-CC OO (la rama de banca del sindicato) y con Izquierda Unida para conseguir una mayoría estable en la caja. El PSOE se sumó al pacto a finales de julio. Una de las monedas de cambio fue que dos socialistas entrarán en la comisión ejecutiva de la caja. Tras esta alianza, que contempla la presentación de listas únicas para renovar el consejo de administración, se desbloqueo el funcionamiento de la comisión de control y se abrió el camino para que el proceso electoral desencallara.
El futuro de la presidencia de la caja se decidirá en los próximos dos meses
Una vez que la citada comisión se ha constituido en comisión electoral para supervisar el desarrollo de las elecciones, el paso siguiente ha sido el comunicar el número de consejeros generales que corresponde designar al parlamento regional (53), a los ayuntamientos (80), y a las entidades representativas (62) que tienen voz en Caja Madrid. Este trámite se realizó el martes. Ahora, estas instituciones cuentan con un plazo de un mes para comunicar a las personas que les representarán en la entidad financiera.
Precisamente la distribución de los consejeros generales ha sido el principal caballo de batalla de los últimos meses. Con la nueva legislación, los municipios han perdido 20 de sus repre representantes, mientras que la Asamblea de Madrid los ha aumentado en 13, y las entidades representativas en 30. La Consejería de Economía de la Comunidad de Madrid, controlada por el aguirrista Antonio Beteta, tiene mucho poder a la hora de determinar qué organizaciones estarán representadas en Caja Madrid.
La batalla final
El desenlace de la trama se producirá con la constitución de la nueva asamblea. Tras la proclamación de los 195 nuevos consejeros generales, la comisión electoral fijará una fecha, entre el 20 y el 30 de octubre, para que tomen posesión los nuevos miembros. Esa asamblea constituyente tendrá, durante tres años, 343 consejeros generales, frente a los 320 actuales. Cuando se renueven, en 2012, los consejeros generales elegidos por los empleados y los impositores, volverá a su dimensión previa. El mismo día en que se reúna la asamblea, también cambiará el consejo de administración. El órgano tendrá 22 vocales, frente a los 20 actuales. Será entonces cuando el consejo renovado designará nuevo presidente.
Candidatos para sustituir a Blesa no faltan: desde el vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, hasta el ex ministro de Economía, Rodrigo Rato, pasando por dos ex secretarios de Estado de Economía: Luis de Guindos y José Folgado. Las opciones de Blesa parecen mínimas, aunque un proyecto de fusión podría trastocar todos los planes.