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Ferrocarril

ACS, Sacyr y FCC, pendientes de las elecciones en Portugal

Los grandes partidos difieren en la apuesta por el tren de alta velocidad.

Las grandes constructoras españolas que aspiran a hacerse hueco en el proyecto del tren portugués de alta velocidad siguen al minuto la actualidad del país vecino. El día 27 es jornada de elecciones legislativas y del nuevo Gobierno dependerá el reparto de los primeros contratos y que se pongan en juego nuevas licitaciones.

Fuentes cercanas al Ejecutivo de José Sócrates explican que el primer ministro no quiere hipotecar a un posible sucesor y ha dejado abierta la pugna por más de 8.000 millones en grandes obras. Eso sí, el mensaje que reciben las empresas involucradas es que si el socialista repite no habrá cambios en el calendario acordado con Rodríguez Zapatero.

Eso quiere decir que el viaje entre Madrid y Lisboa debería cubrirse a 350 kilómetros por hora a partir del año 2013.

El problema para las constructoras empieza si se impone el partido conservador PSD, cuyo programa pone en cuestión el proyecto y avanza que se paralizarán los concursos en beneficio de la red convencional.

Pese a que no hay adjudicaciones en firme, ACS, Sacyr y FCC tienen mucho terreno ganado. Las dos primeras pusieron en junio su pica en el primer tramo licitado, cuya financiación depende en buena parte de las propias empresas a cambio de cuatro décadas de concesión. Y FCC parte como favorita en el segundo tramo al haber presentado la puja más económica.

Más allá de esta primera toma de posiciones, Portugal prepara para el primer semestre de 2010 el lanzamiento de los concursos del eje Lisboa-Oporto, con los tramos Lisboa-Pombal (2.100 millones de inversión prevista) y Pombal-Oporto (1.700 millones). Una línea que conectará con Vigo cuando se ponga en funcionamiento el segmento de vía entre Braga y Valença, cuya licitación esta prevista entre julio y diciembre del próximo año con un presupuesto aproximado de 800 millones.

Por último, habrá un sexto contrato en juego, el de la señalización e instalación de los sistemas de telecomunicaciones del trayecto Valença-Lisboa-Caia por unos 600 millones de euros.

Propuestas españolas

La compañía que preside Florentino Pérez tiene colocadas a las filiales Iridium y Dragados, en compañía de Brisa, Soares da Costa, Odebrecht o la entidad financiera Caixa Geral de Depósitos, en el concurso para habilitar el trayecto que va de Caia, fronteriza con Badajoz, y Poceirao, localidad cercana a Lisboa.

Esta oferta de tinte español fue una de las dos seleccionadas por la Administración y disputará la final frente al consorcio que comparten Mota-Engil, Vinci, los bancos locales BPI y Espírito Santo, y Somague, extensión de Sacyr en Portugal. Por el camino quedaron las propuestas de otras dos referencias españolas: FCC y Cintra.

En el repaso de los términos económicos de este primer combate, el equipo de ACS pondría en marcha el tramo de 166 kilómetros por 1.359 millones y un gasto anual de 12,2 millones en mantenimiento. Su rival presentó como oferta final 1.334 millones y 18 millones anuales en el cuidado de la infraestructura. La participación de fondos comunitarios alcanza los 641 millones.

La segunda contienda que debe resolver el Ejecutivo que salga de las urnas el día 27 tiene a otro medio centenar de empresas expectantes. Se trata del pequeño recorrido que va de Poceirao a Lisboa, de unos 20 kilómetros y una inversión prevista cercana a los 2.000 millones de euros. El presupuesto se dispara al incluir un puente, conocido como tercera travesía del Tajo, de 7 kilómetros.

Al acecho de este segundo pastel están tres consorcios y las ofertas ya han sido desveladas. De momento, el tándem que forman FCC y la italiana Impregilo ha presentado la más económica, con 1.870 millones en obras. El frente que forman las lusas Somague (Sacyr) y Mota con la francesa Vinci aparece 330 millones por encima, con una puja de 2.199 millones. Y el tercer participante en este concurso, el bloque Brisa-ACS-Odebrecht, propone hacer las obras por 2.310 millones.

Habrá que esperar a final de mes para ver si finalmente hay o no hay negocio. Como aperitivo, Sócrates y la líder conservadora Manuela Ferreira debaten el día 12 ante las cámaras de televisión.

factores a tener en cuenta en el mayor proyecto luso de obra civil

PuntuacionesEl valor añadido líquido, ratio que cruza el volumen de inversión y el plazo de retorno previsto por cada consorcio, suele tener el mayor peso en la puntuación final de las ofertas.El segundo factor de influencia en la valoración final es la propuesta técnica.La adjudicación también depende del grado de participación de la iniciativa privada.OposiciónEl Partido Social Demócrata (PSD), actualmente en la oposición, ha avanzado que si gana los comicios del día 27 suspenderá los procesos de adjudicación y pondrá en revisión el plan de alta velocidad.El partido conservador que lidera Manuela Ferreira sostiene que la prioridad es mejorar la red ferroviaria convencional de pasajeros y mercancías.AliadosDistintos pueblos extremeños gobernados por el PSOE han hecho frente común para exigir a Portugal que cumpla el compromiso, del año 2000, de acometer la conexión de alta velocidad con España.Representantes de pueblos lusos y españolas se reunieron el 1 de septiembre en Elvas (Portugal) para lanzar un manifiesto a favor de la infraestructura.Dinero públicoLos dos primeros tramos licitados del AVE luso acumulan 812 millones en fondos públicos.El tramo Lisboa-Poceirao, valorado en 1.928 millones, recibe una aportación de 171 millones por parte de la UE y del Gobierno portugués.Otros 641 millones irán a parar al tramo Poceirao-Caia, que precisa una inversión de 1.450 millones.RiquezaLas previsiones del Ministerio de Obras Públicas dicen que el tren de alta velocidad moverá una inversión privada de 76.000 millones en los próximos 40 años.El impacto de la infraestructura en el PIB luso será de unos 99.000 millones a lo largo de su vida concesional.El Estado espera ingresar unos 21.000 millones en impuestos.AeropuertoEl futuro aeropuerto de Lisboa está proyectado en Alcochete, al sur de la capital y a escasos kilómetros de la línea de alta velocidad.El tramo Lisboa-Poceirao, a 200 kilómetros por hora, se cubrirá en 10 minutos y el enlace con el aeropuerto se realizará en otros 23 minutos.El proyecto de construcción del aeropuerto está valorado en 3.300 millones.

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