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Empleo

Londres quiere limitar que las empresas busquen empleados fuera de la UE

El ministro del Interior británico, Alan Johnson, adelantó hoy que el Gobierno va a llevar a cabo un plan para garantizar que los puestos de trabajo de Reino Unido sean ocupados por ciudadanos británicos, tratando así de evitar tensiones como las que el año pasado llevaron a trabajadores británicos del sector petrolero a protestar por la contratación de extranjeros.

Así, Johnson ordenará a las empresas nacionales que difundan sus ofertas de trabajo a través de las oficinas de empleo de Reino Unido durante un mes antes de buscar empleados potenciales fuera de la Unión Europea, según informan los medios de comunicación británicos. Antes se exigía que lo hiciesen sólo durante dos semanas, y una vez transcurrido ese periodo podían intentar contratar a personas fuera de la UE.

Además, el periodo mínimo de cualificación con el que tienen que contar los trabajadores extra comunitarios que se trasladen a una compañía con sede en Reino Unido se incrementará de seis meses a un año, dijo Johnson, si bien el salario mínimo de estos trabajadores cualificados aumentará de 17.000 a 20.000 libras.

"Estos cambios garantizarán que las empresas puedan contratar a los trabajadores extranjeros cualificados que necesita la economía, pero no en perjuicio de los trabajadores británicos ni como alternativa más barata frente a la inversión en las capacidades de la mano de obra existente", explicó el ministro.

El Ministerio del Interior estima que uno de cada diez trabajadores de fuera de la UE que consiguieron permiso de trabajo el año pasado quedarían excluidos con la aplicación de las nuevas normas, que se han adoptado a partir de un estudio realizado por el Comité Asesor sobre Migración. El año pasado había en Reino Unido 3,8 millones de empleados no nacidos en las islas.

Este año, el Gobierno introdujo un sistema de inmigración por puntos en virtud del cual los empresarios sólo pueden contratar a trabajadores cualificados de fuera del espacio comunitario sólo si no pueden cubrir el puesto con un ciudadano británico o si ese puesto en concreto figura en la lista de profesionales que escasean.

El primer ministro británico, Gordon Brown, defendió hace dos años la idea de que los puestos de trabajo de Reino Unido sean para sus ciudadanos, unas declaraciones que le valieron las críticas de algunos sectores de la izquierda, aunque los sindicatos sabían que esta cuestión estaba empezando a preocupar a muchos de sus miembros.

Posteriormente, cientos de trabajadores de la refinería de petróleo Lindsay, situada en Lincolnshire (este de Inglaterra) y propiedad de una empresa francesa, salieron a la calle a protestar por la decisión de contratar a 300 trabajadores italianos en lugar de recurrir a la mano de obra local. Después hubo más huelgas y manifestaciones en la región como muestra de solidaridad.

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