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Capitales

Suiza sigue atrayendo a los ricos pese a la erosión del secreto bancario

La filial suiza de banca privada de HSBC asegura que está aumentando el número de extranjeros ricos que estudian la posibilidad de mudarse a Suiza, debido a los crecientes impuestos en sus países y a los temores sobre el menoscabo del secreto bancario para los no residentes.

La decisión de este país de estrechar la cooperación con Estados Unidos (EEUU), Francia y Alemania en la lucha contra la evasión fiscal no ha mermado el atractivo de la región alpina para quienes puedan solicitar la residencia, dijo Alexander Zeller, responsable ejecutivo de HSBC en Suiza.

"No estamos hablando de miles de personas, porque se trata de personas con un cierto nivel de riqueza, pero es considerable", dijo Zaller en una entrevista en Zúrich. "Vienen en especial de países que han subido los impuestos sustancialmente. Hay una correlación directa entre los impuestos y el deseo de una persona rica de querer establecerse en otro país", añadió.

Suiza se ha convertido en el hogar de millonarios expatriados como los campeones de Fórmula 1 Michael Schumacher y Fernando Alonso, el fundador de Ikea, Ingvar Kamprad, o la cantante Tina Turner. Aquellos residentes ricos que no perciban ingresos suizos pueden negociar acuerdos fiscales individuales con las autoridades regionales del país.

Zeller dijo que cualquier cliente de la banca suiza con problemas con las leyes fiscales en su país de origen tiene tres opciones: no hacer nada, presentar un informe voluntario o, si es lo suficientemente rico, mudarse a Suiza. Este país está en proceso de firmar una serie de acuerdos para evitar su inclusión en la lista de paraísos fiscales de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

ING escucha ofertas por su banca privada

ING ha recibido al menos cinco ofertas por algunos o todos sus activos de banca privada en venta, según afirmó ayer una fuente cercana al proceso. Las propuestas por el paquete completo llegan a casi 2.000 millones de dólares (unos 1.410 millones de euros). Varias fuentes implicadas en la negociación identificaron a la suiza Julius Baer y a DBS de Singapur como dos de los oferentes. La venta de los activos de banca privada del grupo holandés es, hasta la fecha, la transacción más prominente en la ola de consolidaciones que recorre el sector tras la crisis de los créditos de alto riesgo.

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