Las deportistas modelos también se imponen sobre el tablero
La campeona del mundo de ajedrez, la rusa Alexandra Kosteniuk, compagina con éxito las dos carreras.
Anna Kournikova fue la primera deportista de élite que se convirtió en un icono de moda, pero también supuso un precedente desafortunado. Al fin y al cabo, la pareja de Enrique Iglesias se retiró del tenis con 22 años y sin haber ganado ni un solo torneo. Pero Kournikova abrió camino a la conversión de las deportistas de elite en modelos. Las tenistas han sido las más beneficiadas, pero el fenómeno ha llegado hasta el ajedrez.
Alexandra Kosteniuk es la vigente campeona del mundo, título que coronó una carrera progresivamente exitosa tanto en lo deportivo como lo artístico. En su trayectoria resulta evidente el deseo de convertirse en una especie de icono sexy del ajedrez.
Con 17 años, fue subcampeona del mundo, y tres después se proclamaba campeona europea, para alcanzar la condición de Gran Maestra un año después. Logró al fin el título mundial el pasado año, a los 24, y desde entonces ha sumado algún triunfo relevante como la victoria en el US Open de partidas rápidas este mismo mes, ante rivales masculinos.
El campeonato del mundo femenino se celebra en modalidad "abierta" en los últimos años, por lo que su título no se corresponde en realidad con una primacía en el día a día. En rigor, según los últimos rankings FIDE, es la undécima jugadora femenina del mundo, y la 655 en el listado total.
Por detrás de Judit Polgar
Son unos datos muy buenos, pero lejanos de los de la considerada como la mejor jugadora de la historia: la húngara Judit Polgar (33 años), que ha vencido en varias ocasiones al vigente número uno mundial Veselin Topalov o al mítico Garri Kasparov. Polgar, número 43 mundial, no suele participar en las competiciones exclusivamente femeninas.
En cualquier caso, la carrera de Kosteniuk es destacada y sus otras actividades hacen justicia a los dos lemas que presiden su muy visitada web y encabezan su perfil en Facebook: "Belleza e inteligencia pueden ir unidas" y "El ajedrez es cool".
La campeona ha encontrado tiempo para hacer sesiones para revistas como Marie Claire, escribir el libro Diario de una reina del ajedrez, protagonizar varios DVDs como Alexandra enseña ajedrez e incluso ser madre.
La otra ajedrecista con mayor proyección pública, aunque con resultados menos destacables, es la austrofilipina Arianne Caoili, por la que dos maestros internacionales se pelearon a puñetazos en las Olimpiadas de Ajedrez de 2006. Fue este año finalista en la versión australiana de Mira quién baila y está preparando su tesis doctoral, sobre política rusa.
Otras jugadoras afamadas fuera de los tableros son las grandes maestras Maria Manakova, serbia que es la única gran maestra que ha posado desnuda, o la francesa Almira Skripchenko, fue recientemente séptima en el mundial de póker con 80.000 dólares en ganancias.
Una súper modelo con pasión por el ajedrez es Carmen Kass, en la actualidad presidenta de la Federación Estonia de este deporte y cuya pareja es el dos veces campeón de Alemania Eric Lobron, casi 20 años mayor que ella.
Ejemplos españoles
No pocas deportistas españolas han conseguido también una segunda carrera en las pasarelas.
Araceli Segarra. La primera española en ascender el Everest ha protagonizado numerosas campañas publicitarias y sesiones fotográficas para las principales revistas nacionales. Ahora también escribe cuentos infantiles. Edurne Pasaban, la otra gran alpinista española, comenzará ahora a realizar actividades de este tipo.
Almudena Cid. La gimnasta con más presencias olímpicas -cuatro- en la historia está ahora totalmente dedicada al mundo de la imagen. Ha desfilado tanto en Gaudí como en Cibeles y colaborado en programas televisivos de Telecinco y Cuatro.
Gemma Mengual. La mujer con más medallas en la historia de los Mundiales de natación lleva años accediendo con progresivo éxito al mundo de la moda, y ya no sólo como modelo de trajes de baño. Ha sido imagen de marcas como Freixenet.
Cindy Lima. Pívot de la selección española, abandonó durante un tiempo el baloncesto para ser modelo en París, aunque luego volvió al deporte.