La Seda elabora un paquete de cinco medidas para mejorar el control interno
La Seda de Barcelona ultima un plan de cinco medidas de control internas para su equipo directivo. El presidente de la compañía química, José Luis Morlanes, anunció en la junta del sábado pasado que el consejo de administración había aprobado la elaboración de una serie de actuaciones para evitar supuestas ventas de producto sin asegurar y créditos de la compañía a sociedades sin actividad. Estas actividades han obligado a provisionar un total de 84 millones de euros.
La compañía ya ha implementado tres normas: la que regula la capacidad de decisión general de la dirección de la empresa; otra que elimina los poderes de los ejecutivos; y una última que estipula la delegación de la capacidad decisoria del equipo directivo de la empresa. Faltan por completar durante este mes de agosto una normativa sobre la política de compras, y una última sobre la de ventas, que se concluirá en septiembre.
De esta forma, la compañía trata de salir al paso de operaciones supuestamente fraudulentas como las ventas de plástico PET realizadas a Rusia y Túnez y el préstamo de 17,4 millones realizado a Jatroil, sociedad sin actividad. Estas anomalías fueron detectadas por la auditoría de Horwath y por otro informe independiente encargado a KPMG. "Queremos devolver la seriedad a la compañía", indicó Morlanes en un momento de la asamblea de accionistas, que acabó pidiendo responsabilidades al expresidente de la compañía, Rafael Español, el exdirector general, Aurelio González-Isla, y al consejero y accionista Jacinto Soler Padró.