Según informa el diario estadounidense, el aumento de la competencia generado por los establecimientos de comida rápida han obligado a la Starbucks a emprender un comportamiento más similar al de sus competidores tradicionales.
Según este diario, la crisis ha obligado a Starbucks a planear el cierre de 900 locales, renegociar alquileres y reducir el número de proveedores de pastelería.