Francisco Camps sobrevive al caso 'Gürtel'
Francisco Camps ha salvado hoy el escollo mas duro que ha tenido en su carrera política al ver como el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana le daba la razón al decir que no cometió ningún delito en relación con el caso 'Gürtel'.
Camps fue uno de los "barones" del PP que se colocó inmediatamente al lado de Mariano Rajoy y el líder del partido le devolvió el "favor" apoyándole hasta el final en sus declaraciones de inocencia sobre el caso Gurtell.
El Presidente del PP Valenciano se ha ganado su peso en el partido a cuenta de dos mayorías absolutas en las dos elecciones en las que ha sido cabeza de lista.
Camps (Valencia, 1962) inició su andadura política como concejal en un Ayuntamiento de Valencia que ya presidía Rita Barberá. En 1996, obtuvo un escaño de diputado por Valencia y, con la llegada al poder del PP, fue nombrado, en enero de 1999, secretario de Estado para las Administraciones Públicas.
En 2002, volvió a la Comunitat como delegado del Gobierno y empezó su carrera dentro del PPCV, siendo elegido secretario general del partido, presidido entonces por Eduardo Zaplana.
Tras la marcha de Zaplana a Madrid como ministro, Camps se convirtió en el hombre fuerte del PP valenciano, aunque la impresión general era que, aún Zaplana seguía mandando en Valencia y Camps era su lugarteniente.
En julio del 2002, fue elegido candidato del PP a la Generalitat y en mayo se enfrentó a su primer reto electoral como cabeza de lista. Los resultados no pudieron ser mejores: administró la herencia de Zaplana y consiguió su primera mayoría absoluta. Ahí comenzó su despegue político autónomo como máximo responsable del gobierno regional valenciano y del PP en la Comunitat.
Poco a poco, fue soltando los nudos que Zaplana había dejado tanto en el partido como el gobierno, fue haciendo ambos a su mano y en el 2004 fue reelegido presidente de un PPCV que era ya fiel reflejo de su personalidad: serio y pertinaz, sin concesiones a la galería y, mucho menos, a la oposición.
En mayo del 2007, le llegó la hora de la reválida en una situación de bonanza: los grandes acontecimientos deportivos situaron a Valencia en el centro de las portadas y la oposición acababa de perder a su principal representante -Joan Ignasi Pla- por un asunto de supuestos favores en unas obras realizadas en su casa.
Camps no desaprovechó el viento favorable y volvió a conseguir y aumentar la mayoría absoluta: 54 de los 99 diputados de Les Corts se sentaron en los bancos del PP.
Sin embargo, en ese viento favorable se cruzaron las investigaciones del juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón: unas presuntas facturas de trajes hicieron salir su nombre en el informe de la fiscalía de la operación "Gürtel".
Cuando salieron los primeros datos, aún sin nombres, la Generalitat negó cualquier relación con esas facturas y amenazó con querellarse contra quien lo publicase.
En cuanto se conoció que el nombre de Camps aparecía en esos papeles, se afanó por comparecer no solo para desmentirlo, sino para enmarcarlo en una campaña que, según dijo, busca "la división del PP".
Sin embargo, los reveses judiciales para el máximo responsable del Consell se fueron repitiendo, pero él cada vez que se mostraba convencido de que las cosas terminarían "pronto" y "muy bien", aunque la justicia se encargaba de aguarle la fiesta.
El juez Garzón decidió trasladar parte del caso "Gürtel" al Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV), ante la existencia de indicios contra él, y otros responsables del PP, y éste tribunal se consideró competente para investigar la causa.
Camps aseguró en Les Corts tener "unas ganas locas, locas" de explicar su no relación con la supuesta trama de corrupción, y tendría ocasión de hacerlo porque el instructor de la causa, José Flors, le llamó a declarar como imputado.
Defiende que pagó los trajes
En su declaración insistió en asegurar que pagó los trajes adquiridos, y en Les Corts volvió a negar haber recibido regalo alguno de la trama corrupta, algo que desmentía Flors en un auto, en el que afirmaba encontrar "suficientes indicios racionales" de delito contra Camps y el resto de imputados.
Tras conocerse ese auto, en el que se decía que Camps no pagó los trajes que recibió, el president de la Generalitat miró hacia otro lado y consideró que "quedan uno o dos escaloncitos" para que "toda esta cuestión tan extraña tan absurda y extrafalaria" quede "en el pasado".
En medio de esta tormenta, y mientras el resto de imputados populares ha ido cediendo a las presiones y dimitido de sus cargos de responsabilidad, el PP mantuvo un respaldo absoluto sobre Camps, y por extensión sobre el portavoz popular en Les Corts, Ricardo Costa, imputado en la misma causa.
Ahora el tribunal les da la razón, al estimar los recursos presentados por los cuatro imputados y ordenar el sobreseimiento libre de la causa abierta contra ellos por un supuesto delito de cohecho.