Mar negro, exótico y europeo
Junto a la ciudad búlgara de Nesebar, que es patrimonio de la humanidad, Sunny Beach se ha convertido en destino muy atractivo por sus precios.
Por su apariencia, Sunny Beach podría ser una de tantas playas del Mediterráneo. Las mismas aguas glaucas, kilómetros de arena fina y dorada, un sol abrasador casi garantizado, un telón de fondo de pinares y carrascos. Y el mismo tinglado de resorts, hoteles y bloques de apartamentos, tiendas y chucherías veraniegas, terrazas y atracciones para los ociosos, las mismas marcas de cerveza, los mismos bocados rápidos a pie de playa o en el paseo marítimo. Sólo una cosa cambia: los precios están en lievas y equivalen, en euros, a la mitad de lo que marcan.
Y es que Sunny Beach, aunque está en la Unión Europea, no está en el Mediterráneo, ni se maneja en euros, sino que está en el Mar Negro, en la costa oriental de Bulgaria, que aun conserva su moneda. La voz ha debido de correr con la velocidad de la pólvora, y no sólo entre los sufridores del euro, porque Sunny Beach es un babel de británicos y escandinavos, además de rusos, alemanes y, claro está, los propios búlgaros. Sunny Beach, si las cosas no cambian, puede ser una tabla de salvación para el presupuesto veraniego de muchos europeos en crisis. Un hotel español, por si acaso, ha puesto allí su lujosa pica.
La bahía en que se encuentra Sunny Beach, a medio camino entre las ciudades de Varna y Burgás, es amplia y luminosa y ha empezado a poblarse de instalaciones y bloques que no siempre corrigen los errores cometidos en el Mediterráneo. Uno de esos nuevos asentamientos es el puerto deportivo Dinevi, en San Vlas, que parece orientarse a un sector de lujo con afición por los yates. Desde aquí se puede salir a pescar, o explorar las riberas del Mar Negro, donde hay pueblos tradicionales tan atractivos como Sozopol, con varias iglesias antiguas, un pequeño museo y una interesante arquitectura popular en madera.
La joya de este litoral es sin duda la ciudad de Nesebar
Pero la joya de este litoral es sin duda Nesebar, que está en una península amurallada, la cual cierra por el sur el arco de Sunny Beach. Nesebar es una ciudad muy vieja, fundada por los griegos, fortificada por los bizantinos y que alcanzó gran prosperidad entre los siglos XIII y XIV; se levantaron entonces unas cuarenta iglesias. Se conservan, más o menos bien, una docena larga. Pero hay una, la de San Esteban, que es una joya, cubierta de frescos del siglo XV. El exceso de tiendas y tenderetes da a Nesebar cierto toque de exotismo oriental.
La ciudad de referencia, más que la industrial y fea Burgás, es Varna, que es la tercera en población del país (no llega al medio millón). Aunque es también de fundación antigua, apenas quedan en Varna algunos restos romanos y un par de iglesias antiguas. Lo más interesante es su Museo Arqueológico, donde se han reunido hallazgos de la antigua Tracia, así como de época griega, romana, bizantina o turca. La catedral de la Dormición parece muy antigua, pero fue construida en 1886, y los frescos son de 1950 (no hay estilo más atemporal e inmovilista que el arte bizantino). Entre la catedral y el mar se abre un largo paseo peatonal donde se concentra toda la animación, que no es poca. Allí está el Teatro âpera, de gusto parisino, lo mismo que algunos inmuebles algo ajados que esperan pacientes una mano de pintura. Al final del paseo, un parque abierto, al estilo inglés, y unos restaurantes y terrazas propios de una ribera en la que no es aconsejable el baño. Las buenas playas no quedan lejos, así como algunos monasterios y yacimientos arqueológicos, cuya visita se puede culminar a orillas del mar, ante un plato de dorada o una especie de lubina de estas aguas generosas, y muy limpias. A pesar del sombrío nombre que les han endosado.
Guía para el viajero
Cómo irCon la compañía Malév (902 104786, www.malev.com) se puede volar desde cualquier ciudad de España hasta Varna, vía Budapest; hay vuelos, tanto de ida como de vuelta, todos los días, a partir de 278 euros ida/vuelta, incluidas tasas y gastos de internet. De Varna a Sunny Beach se tarda aproximadamente una hora en autocar.AlojamientoBarceló Royal Beach (+359 554 20400, www.barcelo.com) es un cinco estrellas asomado al paseo marítimo, recientemente abierto por la cadena española y con un estilo muy vanguardista en su interiorismo; cuenta con un excelente spa y, entre otras ventajas, está la de que algunos empleados pueden atender en español. También gestionan el alquiler de apartamentos con servicios del hotel.ComerEn Sozopol: Playa Azul (Lazyren drai), (calle Kraibrechna 15, +359 550 23136) excelentes pescados con vistas al antiguo puerto, en el borde de la ciudad vieja o Stariat Grad. En Varna: restaurante Chuchura (junto a la céntrica plaza Nezavisimost, enfrente del Teatro âpera), comida típica en un local ambientado con enseres y música tradicionales.