La Administración fuerza el fin del papel en las facturas
La factura electrónica es obligatoria desde mañana para las empresas en su trato con las instituciones públicas. Todos no están preparados.
A un solo día de que teóricamente se vuelva obligatoria la factura electrónica para las empresas que no presentan cuentas de pérdidas y ganancias abreviadas en su interacción con la Administración Pública, muchas compañías y organismos centrales, autonómicos y locales no están preparados para afrontar el cambio. "La realidad es que para esa fecha el grado de implantación va a ser mínimo; esa va a ser la realidad", reconoce David Pérez Lázaro, socio de Accenture.
Esta empresa, que suministra soluciones de facturación electrónica desde la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, admite que la obligatoriedad de utilizar el estándar factura-e, fijado por la Agencia Tributaria y el Ministerio de Industria para trabajar con la Administración desde el 1 de agosto, está generando mucho interés por parte de las compañías y organismos públicos, pero asegura que va a haber "distintas velocidades en la adopción" de esta tecnología en función del tamaño, de los recursos económicos y por la confusión que hay sobre cuáles son los requisitos para implantarla. "Las propias administraciones se están viendo condicionadas por los recursos presupuestarios", dice.
Los deberes hechos
Eso no quita para que haya instituciones que sí han hecho los deberes. Los ministerios de Industria, Economía y Hacienda y el de Fomento, por ejemplo. Y muchas compañías públicas han sacado concursos para elegir proveedor. Las más recientes han sido Correos, RTVE y Metro de Madrid. La primera adjudicó el proyecto a Stratesys por 800.000 euros. Las otras dos, con presupuestos de 300.000 euros cada una, se lo adjudicaron a Seres y a Deloitte, respectivamente. Por sectores, las grandes utilities, las empresas de automoción, distribución y sanidad son las más preparadas.
Respecto a las autonomías, las que más avanzadas lo tienen son la de Cataluña (que incluso ha establecido un hub o punto único de entrega para ayuntamientos y Generalitat), Valencia, Castilla-La Mancha, Rioja y País Vasco. En términos generales, los ayuntamientos están más retrasados, según coinciden los proveedores de soluciones de factura electrónica, porque están esperando a ver qué hacen las diputaciones, "pero suponemos que va a haber una operación en cascada", subraya Mario Tanco, director de Desarrollo y Recursos (DyR). Esta empresa ofrece una plataforma de facturación electrónica que sabe firmar, hacer transformación de formatos, que custodia las facturas, que sabe validarlas en recepción, gestionar copias de las mismas, incluso facilita un buscador. Sercobe, la Asociación de empresas de bienes de equipos, acaba de firmar una alianza con DyR para facilitar con ciertas ventajas a sus asociados la tecnología de esta empresas española.
Otros proveedores importantes en este mercado son Seres, Eurobits, Eticom, Doc on Time, OB10 y el Consejo Superior de Cámaras de Comercio que ha creado un servicio de facturación electrónica para pymes. También hay empresas de servicios de TI como Indra, IBM o T-Systems que, o bien con plataforma de factura electrónica propia o de terceros, ayudan a implantar estas soluciones en las empresas o bien bajo un modelo llave en mano o en outsourcing, cobrándoles por factura gestionada.
Todos los proveedores de esta tecnología coinciden en que lo que cuesta es la puesta en marcha de la solución "por los niveles de integración que requiere con los sistemas informáticos". Pero una vez hecho esto, el coste por factura gestionada oscila entre 10 y 40 céntimos. "Ridículo si se compara con los ahorros, que llegan al 70% en las empresas con un volumen de entre 1.000 y 5.000 facturas/mes", cuenta Sergio Ramón Ruiz, director comercial y marketing de Seres.
"Es una gran idea", resume Tanco al hablar de la exigencia del uso de la factura electrónica por parte de la Administración Pública española. "Primero por su efecto tractor, el mayor que existe en este campo, puesto que el número de empresas que factura a la Administración es enorme. Y, segundo, por el efecto ejemplificador", subraya.
Las cifras
4.500 millones de facturas se generan en España al año. De ellas, el 25% es picado en un ordenador al recibirlas.
70% es el ahorro que logran las empresas que manejan un volumen de entre 1.000 y 5.000 facturas/mes con la implantación de una solución de factura electrónica, según Seres.
Muchas ventajas y puntos negros por resolver
Nadie duda de las ventajas de usar factura electrónica: simplifica los procesos (que se traduce en eficiencia operativa y productividad), ahorra costes (atractivo siempre, y más ahora en plena recesión económica), elimina papel (en aras de la sostenibilidad)...Pero a esos pros se le añaden algunos contras, que no tienen que ver en sí con la factura electrónica en la interacción con la Administración sino en el trato entre empresas. Sergio Ramón Ruiz, de Seres, destaca un punto negro: el de la falta de interoperabilidad. Habla de problemas de competencia al criticar que algunas empresas están exigiendo a sus proveedores utilizar la plataforma de factura electrónica de una determinada compañía. "Y ahí quien lo paga es la pyme, que se ve obligada a tener distintos proveedores de factura electrónica". Este experto asegura que desde la Administración se debería obligar a que existiera esa interoperabilidad entre plataforma porque si no se trasladará al formato de factura e las islas creadas con el antiguo EDI."No tiene sentido crear esas islas de facturación", continúa Mario Tanco, de Dyr: "Nadie monta hoy un sistema de correo electrónico para hablar en grupo cerrado, y debe ocurrir lo mismo aquí, porque internet lo permite". Este experto señala, además, otro punto crítico: que la facturación electrónica en general es una asignatura pendiente de las tecnologías de la información de gestión. "No se entiende cómo no hay un estándar que permita hacer back-up de las facturas, cambiar de ERP sin problema y, sobre todo, que permita al que recibe las facturas no tenerlas que teclear de nuevo". Ambos destacan que las empresas se están preocupando más de la emisión de las facturas, cuando es en la recepción donde hay más ahorros.