Los fabricantes de chocolate en el Reino Unido tendrán que reducir el tamaño de las tabletas
La Agencia de Estándares Alimentarios del Reino Unido quiere obligar a los fabricantes de chocolate y otros dulces a reducir el tamaño de sus productos como medida para combatir la epidemia de obesidad.
La Food Standards Agency (FSA por sus siglas inglesas) quiere, por ejemplo, que la tableta de chocolate de 49 gramos de Cadbury se venda también en porciones de 40 gramos y que se reduzcan de 58 gramos a 50 otras chocolatinas. Las latas de bebidas gaseosas y azucaradas, que son actualmente de 330 mililitros, deberían reducirse a 250 mililitros, según esa agencia del Gobierno.
La FSA afirma que no quiere prohibir los tamaños actuales, pero sí pretende en cambio que las empresas de alimentos y bebidas ofrezcan al consumidor otros más pequeños, que "puedan convertirse en habituales con el tiempo". Julian Hunt, de la federación que representa a las industrias del sector, criticó hoy, sin embargo, que el Gobierno pretenda dictar a las empresas el tamaño de sus productos.
Por el contrario, Richard Watts, coordinador de la ONG Sustain, dedicada a la defensa de la salud pública, se felicitó de la iniciativa de la FSA y acusó a las empresas de haber aumentado en los últimos años el tamaño de sus productos azucarados.
La Agencia de Estándares Alimentarios ha lanzado una campaña nacional para reducir el contenido de azúcares y grasas saturadas en los alimentos que consumen habitualmente los británicos. æpermil;stos consumen como media un 17 por ciento más de grasa saturada de lo que deberían, lo que contribuye a la proliferación de las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y la obesidad.
Los índices de obesidad se han duplicado en el último cuarto de siglo en Gran Bretaña y, si se redujese el consumo de grasas saturadas hasta los niveles recomendados por las autoridades sanitarias, se contribuiría a evitar hasta 3.500 muertos todos los años.
Mientras tanto, el ministro británico de Sanidad, Andy Burnham, ha lanzado una iniciativa para lograr que sus compatriotas consuman alimentos más sanos, animando a las pequeñas tiendas del vecindario a vender más frutas y verduras.
En algunos casos, los escolares recibirán bonos con los que podrán obtener gratuitamente manzanas, plátanos u otras frutas, en un claro intento de sustituir con esos alimentos sanos las habituales patatas fritas y chocolatinas.