La expansión de la masa monetaria bajó en junio hasta un nuevo mínimo histórico
La expansión monetaria de la zona del euro, medida por el agregado M3, bajó el pasado junio hasta el 3,5%, un nuevo valor mínimo histórico desde la creación de la Unión Económica y Monetaria y frente al 3,7% de mayo.
El crecimiento de la masa monetaria en circulación se sitúa por debajo del valor que recomienda el BCE para mantener la estabilidad de precios, que es una expansión del M3 del 4,5 por ciento.
El BCE informó hoy de que el crecimiento anual de los préstamos al sector privado cayó en junio hasta el 1,5 por ciento, frente al 1,8 por ciento de mayo, lo que refleja la recesión que sufre el área euro, la peor desde la Segunda Guerra Mundial.
Entre abril y junio de 2009, el crecimiento interanual del M3 fue del 4,1 por ciento.
Entre marzo y mayo de 2009, el crecimiento interanual del M3 fue del 4,6 por ciento, por lo que también se ha producido una caída del ritmo de expansión trimestral, periodo que está menos influido por oscilaciones a corto plazo.
El agregado M3 comprende el efectivo en circulación, depósitos a la vista y a plazo hasta dos años, otros depósitos a corto plazo, cesiones temporales de deuda y fondos de inversión en activos del mercado monetario (FIAMM).
Los mercados descuentan que la entidad monetaria mantendrá el precio del dinero en el 1% en su reunión de comienzos de agosto. El BCE ha bajado los tipos de interés en 3,25 puntos porcentuales desde comienzos de octubre de 2008 y los dejará en el 1% hasta mediados de 2010, según prevén algunos analistas.
La expansión anual de los préstamos para el pago de una vivienda subió en la zona del euro en junio hasta el 0%, frente al menos 0,5% de mayo, mientras la tasa anual de crecimiento de los créditos de consumo se mantuvo el mes pasado en menos 0,7%.
La medición del dinero en circulación constituye uno de los dos pilares en los que el banco emisor europeo basa su política monetaria, cuyo fin es lograr la estabilidad de los precios y sirve de referencia a la entidad para poder prever la inflación en los países que comparten el euro.