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A fondo

La fusión de cajas catalanas y el peso de los costes

La fusión de Caixa Sabadell, Terrassa y Manlleu ha convertido al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) en el principal protagonista y catalizador de la consolidación del mapa de cajas en Cataluña. Nadie se atrevió a dar el primer paso hasta la aprobación de este fondo por parte del Gobierno. Las fuentes consultadas del sector aseguran que la integración de las tres cajas catalanas sólo persigue las ayudas del FROB en concepto de reducción de costes, que se concretarán con el cierre de oficinas, ajuste de plantilla y disminución de gastos en los servicios centrales de cada entidad.

El rescate de las eventuales indemnizaciones que deberán abonar las cajas protagonistas a las aseguradoras Zurich, Aegon y Reale, socias de Caixa Sabadell y Terrassa en estos negocios, es el segundo foco de interés para conseguir los incentivos públicos.

El propio director general de Caixa Sabadell, Jordi Mestre, explicó ayer en declaraciones a Catalunya Radio que la fusión supondrá la prejubilación de 350 trabajadores y la desaparición de 150 oficinas.

Sin embargo, el comunicado conjunto emitido el martes tras aprobar el estudio de la fusión destacaba la elevada complementariedad de las tres entidades. Mestre añadió que la mayor parte de los recortes de personal se darán en los servicios centrales. El montante que la entidad fusionada podría pedir al FROB superaría los 400 millones de euros, sólo en concepto de reestructuraciones. Los sindicatos, especialmente CCOO, ya han asegurado que vigilarán el proceso abierto, "solicitando desde el principio la definición del esquema de negocio futuro, teniendo en cuenta que se trata de cajas".

Y entonces, ¿dónde están las ventajas de la integración? Las sinergias pueden explicarse principalmente en una mejora del nivel de liquidez, solvencia y de la calidad de los activos (Tier1), aunque también podría empeorar la morosidad de la entidad resultante. Todos los analistas responden que la duda principal pasa por averiguar si existe un proyecto de negocio futuro, más allá de las ayudas del FROB.

Las tres firmas afectadas han anunciado la próxima constitución de las comisiones mixtas que abordarán la integración de la red de oficinas, personal, plataforma tecnológica, seguros, filiales y servicios centrales. Más allá de esta realidad, sólo han asegurado que mantendrán su tradicional arraigo al terreno manteniendo las tres marcas en sus lugares de origen y formando una imagen conjunta para el resto del país. La obra social es otro elemento por concretar.

Pero en Cataluña existen otras siete cajas, seis si se descuenta el liderazgo de La Caixa. La primera caja española repite que se mantiene al margen de cualquier proceso de consolidación en el sector. De las seis restantes, Caixa Catalunya, Caixa Tarragona y Caixa Gerona parece que mantienen en el brasero un intento de fusión, por la característica común de su fundación por parte de las respectivas diputaciones. Con todo, fuentes del sector apuntan que Caixa Gerona ha enfriado su participación en este proceso.

Quedan Caixa Penedés, (perderá su condición de tercera caja catalana si culmina la fusión de Sabadell, Terrassa y Manlleu), Laietana y Manresa. Precisamente, esta última ha descartado participar en la integración aprobada anteayer debido a sus índices de morosidad, comparativamente mejores. El futuro de estas tres entidades puede pasar por su integración en alguna de las fusiones abiertas, por ir en solitario, o en última instancia, por participar en otro proceso de fusión que ofrecería más complementariedades que la recién aprobada entre Caixa Sabadell, Caixa Terrassa y Caixa Manlleu.

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