Caja Badajoz renueva su cúpula para afrontar el baile de fusiones
Caja Badajoz renueva su cúpula para participar en el baile de fusiones. José Antonio Marco, un veterano del sector de las cajas, se prejubila y cede la dirección general a Javier Chico Avilés. También se retira el director general adjunto, Alfredo Liñán.
Sangre nueva para un baile que promete ser animado. Caja Badajoz ha decidido renovar su cúpula ante las operaciones corporativas que se avecinan. El próximo miércoles, la entidad nombrará a Javier Chico Avilés, actual director general adjunto del área financiera, como nuevo responsable del día a día de la entidad.
Sustituye en el cargo a José Antonio Marco, que a la edad de 63 años se prejubila. Este ejecutivo acumula sobre sus espaldas cuatro décadas de carrera profesional en el sector financiero. De hecho, era el director general más veterano de una entidad de ahorro.
Entre sus obligaciones figuró la gestión -por encargo del Banco de España y del Ministerio de Economía- de la Caja de Ahorros Provincial de Orense durante los momentos difíciles que vivió esta entidad entre 1978 y 1982. Cuatro años más tarde y tras haberla reflotado, fue nombrado director general de Caja de Badajoz, cargo que ha ostentado sin interrupción hasta ahora.
Marco no es el único directivo que se retira en la firma extremeña. Otro tanto hace Alfredo Liñán, director general adjunto. La designación de su sustituto corresponderá a Javier Chico Avilés. Previsiblemente, el nuevo responsable de Caja Badajoz nombrará a sus principales colaboradores -también tiene que asignar la vacante que él mismo deja en el área financiera- entre agosto y septiembre. Tanto José Antonio Marco como Alfredo Liñán seguirán ligados a la entidad en calidad de asesores.
Cambios en presidencia
La renovación del equipo gestor no ha sido la única novedad reciente en Caja Badajoz. Hace mes y medio que Francisco García Peña, hasta entonces secretario general de Administración Pública e Interior de la Junta de Extremadura, sustituyó a Manuel Sánchez Rojas en la presidencia del grupo. El nombramiento de García Peña estaba consensuado en el consejo de administración.
El nuevo equipo directivo de Caja Badajoz tiene por delante, en primer término, la fusión con Caja Extremadura. Esta iniciativa está impulsada desde el propio Gobierno regional y ha sido recomendada por el Parlamento extremeño, donde PSOE y PP han alcanzado un consenso. La operación está pendiente de la renovación de los órganos de Gobierno de la caja con sede en Plasencia.
Pero ésa no es la única transacción en la que podría verse inmersa Caja Badajoz. Los mentideros financieros han asociado este grupo con la andaluza Cajasol -que busca crear un gran grupo paralelo al que se está conformando en torno a Unicaja, que se fusionará con Cajasur y Caja Jaén-. Fuentes financieras solventes señalan que, efectivamente, Caja Badajoz ha sido aproximada por numerosas cajas -especialmente por grupos como Cajastur o Caja Rioja, provenientes de comunidades uniprovinciales- pero que no se ha tomado ninguna decisión sobre qué dirección emprender.
La cifra
16,06% era el coeficiente de solvencia de Caja Badajoz al cierre del pasado ejercicio. Se trata de uno de los más altos de la banca española.
Comida de amigos, no de negocios
El presidente de Caja Guadalajara, José Luis Ros, reconoció ayer que se reunió hace unos días en Zafra con sus homólogos de Cajasol, Caja Extremadura y Caja Badajoz "en una comida entre amigos", pero aseguró que es "radicalmente falso" que en aquella reunión "se tratase sobre la fusión de las entidades que representamos". Ros señaló que los reunidos mantienen una amistad de hace tiempo por su pertenencia a la CECA.Por otra parte, el directivo estimó que sería un "acierto" que haya fusiones "interregionales" y que una operación de este tipo sería positiva para Castilla-La Mancha "porque la región se ha quedado sin una referencia".