Un club para abogados de empresa con futuro
El Club Internacional de Abogados Corporativos reúne a letrados de empresas, bufetes y auditoras.
Quieren traspasar los límites que imponen las empresas y los despachos, conocerse sin etiquetas, como personas, y prestarse ayuda. El Club Internacional de Abogados Corporativos acaba de celebrar su reunión inaugural. El pasado 14 de julio sus 56 socios, abogados de despacho de reconocido prestigio, firmas de auditoría y asesorías jurídicas de bancos y grandes empresas, se reunieron en la sede de la Fundación José Ortega y Gasset de Madrid. Primero, escucharon a Álvaro Gil Robles hablar de su experiencia como comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa; después, compartieron impresiones, contactos y preocupaciones profesionales en un cóctel.
æpermil;sa es la idea: un foro de encuentro para profesionales con un perfil de abogado corporativo, en un ambiente distendido. La media de edad no supera los 40 años. "Muchos de los socios fundadores venimos de Baker & McKenzie, conocemos los eventos que se organizan en EE UU, son más entretenidos, entablas contacto rápidamente", explica el presidente del club, Juan Oñate Dancausa, desde hace año y medio en el departamento de contenciosos de Cuatrecasas.
Suya es la idea de crear un club al estilo anglosajón, que favorezca los vínculos entre abogados con el mismo perfil. Hace dos años, un grupo de profesionales de Baker & McKenzie charlaba en una cafetería después de asistir a una presentación de un candidato a decano del Colegio de Abogados deMadrid. Todos coincidieron en que las asociaciones que les representaban no les convencían y que les gustaría participar en una formada por abogados con intereses similares a los suyos. "No queremos que sea un círculo cerrado, sino participar de una iniciativa que se salga de los estereotipos de las asociaciones normales, con gente preparada de los despachos y firmas de asesoría de empresas", comenta uno de los impulsores del club, Jacobo Sánchez-Andrade, abogado mercantilista-inmobiliario de Broseta.
"Las asociaciones que existen en España son más amplias, tienden más al corporativismo; el colegio de abogados, por ejemplo, está más enfocado a los que llevan toga y entre nuestros socios hay profesionales que no pisan jamás un tribunal", declara Carmen Mozún, la tesorera del Club y miembro de KPMG. O asociaciones muy especializadas por materia, caso del Club Español de Arbitraje, omasificadas, como las agrupaciones de abogados jóvenes, cita José Antonio de la Calle, vicepresidente y el único de los socios fundadores que permanece en Baker & McKenzie. "Queríamos que la asociación permitiera a los abogados tener una relaciónmás estrecha, que nos conozcamos de verdad", matiza.
El objetivo final es que los socios se ayuden mutuamente para afrontar los múltiples retos diarios que presenta el ejercicio de la profesión. "La idea es relacionarnos en un entorno agradable, del que puedan salir colaboraciones, desde que un abogado te diga que se quiere cambiar de despacho, hasta otro que te propone pasarte un tema porque para él supone un conflicto de intereses o, incluso, quedar a jugar al paddle el fin de semana", apunta Juan Oñate Dancausa.
Todo se andará y puede que en un futuro los socios del Club Internacional de Abogados Corporativos se planteen extender sus relaciones al ocio. De momento, el enfoque es puramente académico, centrado en temas colaterales al mundo del Derecho, y con unamarcada vocación internacional. Una de las primeras actuaciones ha sido establecer contacto con la IBA, The International Bar Association, la asociación de abogados más importante del mundo, que el próximo octubre celebrará su reunión anual enMadrid. "Tienen una visión global del mundo de la abogacía", precisa Jacobo Sánchez-Andrade. Una experiencia valiosa para un club que acaba de nacer.
Recomendación
Los socios son propuestos por un miembro de este club de acceso limitado, no por esnobismo, explica Juan Oñate Dancausa, sino porque sus miembros poco tienen que ver con un letrado de oficio o el abogado de una clínica estética. Los socios pagan una cuota de unos 50 euros al año.
No aburrir con aspectos técnicos del Derecho
La puesta de largo del club ha sido una ponencia de Álvaro Gil Robles. "Nos habló de la figura del comisario, de su experiencia europea, de las relaciones con los Gobiernos. Fue muy interesante", recuerda Sánchez-Andrade.Lo que pretende el club es invitar a ponentes que traten temas de actualidad, relacionados con el mundo jurídico, accesibles a todos los abogados. "No queremos aburrir", afirma este vocal.Una de las figuras con las que el club se ha puesto en contacto es Manuel Jiménez de Parga, ex presidente del Tribunal Constitucional, quien se ha mostrado receptivo, indica Juan Oñate Dancausa.La idea es organizar tres ponencias al año, porque el objetivo es no cargar la agenda de los socios con demasiados eventos. Una agenda, además, difícil de cuadrar, como reconoce Carmen Mozún. "Cuesta sacar adelante los eventos, hay que cuadrar fechas, horas, de forma que nadie se tenga que escapar del trabajo, buscar el sitio, catering", detalla la tesorera.