Los futuros de crudo en Estados Unidos se negocian con un alza de 35 centavos a 64,32 dólares el barril, y el Brent sube 33 centavos, a 66,77 dólares. Al final de la jornada, el contrato de agosto expira y será remplazado por el de entrega en septiembre.
Las expectativas de que la economía estaría recuperándose ayudaron a que el petróleo tocara por encima de 73 dólares a fines de junio. En el corto plazo, la demanda se mantiene débil a pesar de que Estados Unidos está en plena temporada de manejo, en la que tradicionalmente suben los requerimientos por combustible.
Los datos sobre inventarios de crudo y productos estadounidenses que se divulgarán el martes y el miércoles mostrarán el próximo panorama sobre suministro y demanda. Los analistas han previsto una caída de las existencias de combustibles, pero un alza en la de productos refinados, incluyendo gasolina y diésel.