Las cementeras prevén cierres de plantas por la caída de la demanda
Los fabricantes de cemento asentados en España hablaron ayer, por primera vez, de la certeza de que habrá cierre de plantas ante las continuas caídas en la demanda. El descenso en el primer semestre ha alcanzado el 40,5%, cifra que se atenuará para quedar a finales de año entre el 33% y el 35%.
Parar los hornos de las cementeras para adaptar la producción a los pedidos y colocar el stock de polvo gris, ya no es suficiente. "Al final de este ejercicio las empresas del sector notaremos un notable deterioro en los ratios de rentabilidad porque mantenemos los gastos fijos", explicó ayer Ángel Luis Heras, vicepresidente de Oficemen y director general corporativo de Cementos Portland Valderrivas. El siguiente capítulo previsible, según la opinión de este ejecutivo, será el cierre de fábricas.
Heras dibujó este oscuro panorama, al que sumó una batalla de precios y los impagos de clientes especializados en edificación residencial, en el marco de la presentación de resultados sectoriales del primer semestre ofrecida por la patronal Oficemen. Presentes los primeros ejecutivos de productores como Lafarge, Cemex, Holcim o Cimpor, ninguno puso o quitó una sola coma al argumento, que sonó como mensaje al Gobierno.
Previamente, el director general del colectivo de empresas, Aniceto Zaragoza, advirtió que el retroceso de la demanda en 2009, respecto a un 2008 que ya fue crítico, estará entre el 33% y el 35%. Esto supone situar las ventas en torno a los 28 millones de toneladas.
Hasta junio, se han distribuido 14,4 millones de toneladas de cemento, un 40,5% menos que a junio del año pasado. Y la producción se ha ajustado a esa cifra y ha sido de 14,6 millones (un 38% menos). Entretanto, las firmas españolas han colocado fuera en el primer semestre 1,5 millones de toneladas (un 52% más), cifra similar a los 1,4 millones de toneladas importadas.
"Llama la atención que en un contexto de capacidad sobrante, las importaciones sigan siendo tan elevadas", señaló Zaragoza. A renglón seguido tanto él como el presidente de la patronal, Jean Martin-Saint-Léon, argumentaron que España está siendo demasiado permisiva con la entrada de cemento de "dudosa" calidad y procedente de países no sujetos al protocolo de Kioto.
A medio gas
"El sector trabaja por debajo del 50% de su capacidad", afirmó Joaquín Estrada, máximo responsable de Cemex en España. La patronal dijo no disponer del número de hornos apagados, aunque a primeros de año la propia Cemex ya había adelantado el cierre de su instalación en San Vicente de Raspeig, para la que tenía permiso de operación hasta agosto, Holcim había cerrado en Torredonjimeno (Jaén) y el resto de competidores reconocían parones en la práctica mayoría de sus instalaciones.
Niveles de producción como en 1997
La patronal contempla una situación sombría: cerrar 2009 a niveles próximos a los del año 1997, lo que significa una caída del consumo de cemento entre un 33% y un 35%. Las cementeras no dieron, sin embargo, previsiones para 2010. Un horizonte muy lejano en un contexto de completa incertidumbre. Sí coincidieron en señalar, en cambio, las pésimas perspectivas para el sector. Un consenso que el presidente de Oficemen justificó en cifras: en 2008 el consumo de cemento en España por habitante era de 936 kilogramos (el mayor de Europa sólo por detrás de Chipre y Luxemburgo), en 2009 de 600 kg, todavía superior a la media europea de los 27 de 505 kg. Otro dato a tener en cuenta: en el primer semestre del año, la producción cayó un 38% en comparación con el mismo periodo de 2008, tendencia que continuará en el futuro. Unas expectativas que por extensión no son nada halagüeñas para la economía española si se toma la producción de cemento como indicador adelantado.