El Gobierno prevé un desplome de la inversión extranjera en España
La caída de los flujos de llegada supera el 90% en el primer trimestre, nivel que Comercio no descarta para todo el año.
"Las caídas pueden ser del 15%, del 30% o del 90%". La secretaria de Estado de Comercio, Silvia Iranzo, ilustró ayer con esa frase sus expectativas sobre la evolución de la inversión extranjera durante el conjunto de este año, tanto en su vertiente de salidas desde España como en la de llegadas desde el exterior. Iranzo, que recordó en rueda de prensa los flujos de inversión exterior del año pasado, destacó así tanto la incertidumbre sobre la cifra final como la certeza de que, sea el que sea, representará una muy fuerte bajada.
En cualquier caso, si se toman como referencia los flujos de llegada, la cifra del 90% puede no ser una exageración. Según el Registro de Inversiones Exteriores, en los tres primeros meses del año apenas llegaron a España 1.801 millones de euros, frente a los 19.505 millones del primer trimestre de 2008. Así pues, los datos publicados hasta la fecha coinciden con ese tétrico 90% de caída. Algo parecido sucede con las inversiones extranjeras netas (es decir, una vez descontadas las desinversiones), que se desploman un 91,3%.
La secretaria de Estado eludió ofrecer una previsión oficial y exponer los datos más recientes, aludiendo al hecho de que en periodos cortos puede haber oscilaciones muy fuertes en función de una o dos grandes operaciones. "Quisiera huir de darles cifras porque, con toda probabilidad, me voy a equivocar", afirmó. Eso sí: Iranzo recordó que la Unctad, la agencia de Naciones Unidas que analiza los flujos de inversión globales, espera "caídas importantes" a nivel internacional. Cuando presentó su informe provisional sobre 2008, hace algo más de tres meses, el organismo situaba la caída en el entorno del 30%.
Si bien es improbable que en el conjunto del año la caída de la inversión hacia España mantenga los elevadísimo niveles del primer trimestre, parece que los excelentes resultados de 2008 quedarán muy lejos de repetirse. El año pasado, cuando ya se había iniciado la sequía inversora global, España se las arregló para atraer un 0,4% más de capitales. Habida cuenta de que el descenso mundial rondó el 14,5% (36,9% en la Unión Europea), su cuota sobre los flujos mundiales creció cuatro décimas, hasta el 3,9%.