Los ricos se prestan el yate de lujo
La crisis impulsa la propiedad compartida de navíos.
Para muchos empresarios disfrutar hoy en día de un yate de superlujo resulta, además, de una ostentación mal vista, un gasto totalmente prescindible. Entre adquirir por 15 millones de euros el Ocean Emerald de 41 metros o decantarse por desembolsar sólo dos millones a cambio de compartirlo y usarlo sólo cinco semanas, no hay color.
La propiedad compartida de grandes yates está aumentando a la misma velocidad que el descenso de los bolsillos de los millonarios. El fabricante italiano del Ocean Emerald, Rodriquez Cantieri Navali SpA, planea construir diez yates para un programa de tiempo compartido. Los tres ya han sido vendidos a un conjunto de veinte dueños.
"La propiedad fraccional tiene mucho más sentido en el mundo actual, dado que los sobresueldos son menores y que el mundo en general se enfrenta a una situación mucho más difícil", dijo Peter Mallinson, propietario del Ocean Emerald.
Mallinson se retiró como director gerente de Goldman Sachs en 2002 y ahora trabaja para CDK Investments en Londres. El director de Nomura, Ruggero Magnoni, también es dueño de una parte del Ocean Emerald, que hizo su primer viaje desde Portofino (Italia) en mayo.
La propiedad parcial podría frenar una caída en el sector de yates de lujo, que mueve 8.000 millones de euros. Las ventas de yates de más de 24 metros podrían caer un 38% hasta agosto, en comparación con el 11% de crecimiento promedio de los últimos ocho años.
Empleo
Se han perdido más de 7.000 empleos permanentes y temporales en el sector europeo de yates este año, según Nick Hopkinson, editor de la revista International Boat Industry. Genmar Holdings, el mayor fabricante de barcos motorizados, se declaró en quiebra el pasado 1 de junio. Los acreedores de Ferretti tomaron el control y el auditor de Aicon, PwC, citó "incertidumbres considerables" sobre el futuro de esta empresa.