La venta de bebidas alcohólicas desciende un 12% este año
El sector de bebidas espirituosas ha reducido un 12% sus ventas en los seis primeros meses del año. Sus previsiones apuntan a una reducción mayor para el conjunto del año, que podría alcanzar el 15%. Para relanzar el consumo, el sector propone reducir el impuestos especial sobre las espirituosas.
Malas perspectivas para el sector de las bebidas alcohólicas. Los fabricantes de bebidas espirituosas han reducido un 12% sus ventas durante la primera mitad del año, un 13% en los últimos tres meses. Y no prevén que el negocio reflote en lo que queda de ejercicio. Sus estimaciones apuntan una creciente caída del consumo, hasta alcanzar el 15%.
Detrás del desplome de las ventas del sector está la caída del consumo en hostelería que, en volumen, se ha reducido en un 33%. æpermil;sta es la principal vía de distribución de bebidas espirituosas, ya que concentra cerca del 70 % del consumo. "La gente no ha renunciado a salir, pero falta alegría, sobre todo a la hora de la segunda copa", explica Jaime Gil-Robles, director ejecutivo de la Federación de Bebidas Espirituosas (FEBE). Antes de que se iniciara la crisis, el consumo medio por persona era de dos copas y ahora se ha reducido a 1,2. Los negativos augurios para los próximos meses se basan en la caída de los stocks que no han seguido la línea de años anteriores. Normalmente los responsables del sector de hostelería se abastecen en junio para cubrir el consumo de los meses estivales. El descenso de ventas ha sido especialmente significativo en el segmento premium, con reducciones superiores al 20%. De esta forma, el consumo se ha trasladado al segmento de precios más barato, donde la caída de ventas se reduce hasta el 6% o el 7%.
Esta situación se ha traducido en una pérdida de empleo. Por el momento, ésta no afecta a los puestos de trabajo directos en la fabricación de espirituosos. El sector da empleo a más de 7.000 personas. Así, los más perjudicados por la caída de ventas de bebidas serían los distribuidores la hostelería, donde se han generado cerca de 15.000 desempleados, que podrían alcanzar los 25.000 a finales de año.
Como solución para reactivar el consumo, la patronal propone reducir el impuesto especial hasta el mínimo legal, lo que se traduciría en una rebaja cercana a los 50 céntimos por botella. El máximo responsable de FEBE señala que con esta fórmula se reducirían los ingresos estatales vía impuestos especiales, pero se recuperarían a través del IVA, ya que incentivaría el consumo. En el último año, Hacienda ingresó 940 millones a través del impuesto sobre el alcohol.
FEBE trata de evitar, además, que el Ejecutivo opte por la vía contraria y suba los impuestos especiales que graban el alcohol como ya ha hecho, por ejemplo, con el tabaco.