Grosvenor, propiedad del consorcio familiar del duque de Westminster, se convirtió en un vendedor neto de inmuebles españoles cuando el mercado alcanzó su cúspide hace tres años. Oficinas, centros comerciales y bodegas perdieron el 6,8% de su valor en 2008, según Investment Property Databank, al tiempo que las restricciones a los préstamos y la creciente deuda empresarial afectaron la demanda. En el Reino Unido los precios cayeron un 26%.
"El mercado se recuperará, dependiendo del área y tipo de propiedad, y será necesario que los precios se ajusten hasta un 40% antes de que eso ocurra", dijo ayer Rafael Avilés, director de Grosvenor a cargo del negocio español de la compañía, en una entrevista en Madrid. Avilés, de 53 años, espera que la recuperación comience el año próximo como muy pronto.
Grosvenor, con sede en Londres, todavía tiene unos 480 millones de euros (US$677 millones) invertidos en edificios de oficinas y centros comerciales españoles, según su página web. La compañía empezó a acumular efectivo hace tres años para poder aprovechar un colapso anticipado en los valores de las propiedades españolas. Tiene 523 millones de libras disponibles para adquisiciones mundiales este año.