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A fondo

Arriba y abajo con los impuestos en la UE

Berlín y París se permiten rebajas fiscales que el resto de la zona euro no puede imitar.

El sector hostelero francés estrenó ayer su ansiada rebaja del IVA del 19,6% al 5,5%, una medida que el Gobierno de Nicolas Sarkozy ha decidido aplicar a pesar de la difícil situación de las finanzas públicas francesas (6,6% de déficit público previsto para este año).

En cambio, otros países, entre ellos España, preparan ya un aumento de la carga impositiva para empezar a reducir un déficit y una deuda pública que se han disparado como consecuencia de la crisis actual.

La tensión entre esas dos posiciones es previsible que aumente durante los próximos meses. Primero, a medida que el "dolor" del ajuste presupuestario haga mella en las diferentes opiniones públicas. Y después, cuando la Comisión Europea comience a exigir de nuevo el cumplimiento del Pacto de Estabilidad (que prevé un déficit por debajo del 3% del PIB nacional y una deuda inferior al 60%).

Francia, que fue una de los artífices de la congelación del Pacto en 2003, ya ha asumido el liderazgo de los países partidarios de mantener el estímulo fiscal mientras continúe sin recuperarse la economía. "Las medidas de austeridad son un error", proclamó Sarkozy hace unos días ante el Parlamento francés.

Berlín, en teoría, debería ser el contrapeso a la relajación fiscal que preconiza París. Pero la canciller alemana Angela Merkel, que aspira a librarse de la coalición con los socialdemócratas en las elecciones del próximo mes de septiembre, ha prometido esta misma semana a los electores una rebaja fiscal de 15.000 millones de euros durante los próximos cuatro años.

Este mismo año, según los datos de la Comisión Europea, Alemania ya ha dejado el tipo máximo del impuesto de sociedades en el 29,8% (frente al 51,6% del año 200); ha reducido las contribuciones sociales; y la carga fiscal sobre la renta y la inversión. En 2010, además, aumentará las deducciones por el seguro de enfermedad. Todo ello con una previsión del déficit para ese año del 5,9%.

Pero el resto de socios comunitarios no parece que puedan seguir esta carrera de rebajas fiscales liderada por Francia y Alemania. Algunos, como los países Bálticos o de Europa del Este, porque ya entraron en la crisis con unos tipos de imposición muy bajos, sobre todo, en sociedades. Otros, como España, Italia o Grecia, porque un déficit público de dos dígitos puede poner en peligro la sostenibilidad de unas finanzas públicas amenazadas ya por el envejecimiento de su población. El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ya ha tenido que subir los impuestos especiales del tabaco y los hidrocarburos. Y para el año que viene contempla un recorte del estímulo fiscal, como adelantó el lunes CincoDías, y un aumento de la carga impositiva mediante la supresión de deducciones fiscales y la probable subida de tipos en algunos gravámenes.

Bruselas, aunque de momento no se muestra demasiado beligerante, también es partidaria de ir preparando lo que en la siempre complicada jerga comunitaria se ha dado en llamar como "estrategia de salida". Es decir, la progresiva retirada de los estímulos presupuestarios al crecimiento y el doloroso ajuste de las finanzas públicas. "Al final, se tendrán que tomar decisiones duras", advierten en el departamento de Economía de la CE.

Más coordinación

Uno de los socios de la zona euro, Finlandia, ha llegado a proponer un pacto para incrementar de manera coordinada los tipos de imposición en IVA, especiales o sobre los beneficios. Pero la idea no parece haber suscitado mucho interés, salvo entre la patronal europea, BusinessEurope, que la ha rechazado de manera tajante. Algunos economistas, como Paul de Grawe, también consideran prematuro el regreso de la disciplina fiscal y considera inevitable a corto plazo el aumento de la deuda pública.

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