Salgado confía en CiU para levantar el veto del Senado al techo de gasto
El Senado, con mayoría del Partido Popular, rechazó ayer el techo de gasto del Estado presentado por el Gobierno. Una situación previsible y esperada por la vicepresidenta económica, Elena Salgado. Ahora, el Ejecutivo confía en que Convergència i Unió (CiU) se vuelva a abstener en el Congreso y obtener así la aprobación definitiva que permita al Ejecutivo preparar los Presupuestos del próximo año con un mínimo respaldo parlamentario.
Elena Salgado acudió ayer al Senado sabiendo de antemano que iba a cosechar una derrota. Y así fue. El Gobierno no logró los apoyos suficientes para aprobar al techo de gasto, que obtuvo el rechazo de los populares, PNV y ERC. Los votos favorables de socialistas, Coalición Canaria y el Grupo Mixto, y la abstención de CiU resultó insuficiente para el Ejecutivo. El Gobierno confía en que este anunciado tropiezo sólo sea un alto en el camino y espera que el Congreso ratifique nuevamente el techo de gasto.
El papel determinante lo jugará CiU, cuya abstención la pasada semana permitió que el Gobierno sacar adelante el techo de gasto con el único apoyo de PSOE, Coalición Canaria y UPN. En principio, todo indica que el partido nacionalista catalán no variará su voto, aunque no puede descartarse algún cambio de última hora.
El próximo miércoles, además del techo de gasto, el Congreso votará el decreto-ley por el que se crea el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), sobre el que CiU guarda ciertas reservas ya que considera que supone una invasión competencial del Gobierno sobre las comunidades autónomas. Así, cabe la posibilidad de que CiU opte por renegociar su abstención al techo de gasto para lograr cambios en el fondo de reestructuración bancaria.
Con todo, Elena Salgado parece convencida de que el Gobierno no tendrá ningún problema en sacar adelante el techo de gasto. "Sabemos leer y sabemos contar", dijo, segura de lograr el apoyo aritmético necesario en el Congreso. En su discurso en la Cámara Alta, Salgado no recurrió a la ya manido concepto de los brotes verdes pero señaló que hay datos que muestran que la caída económica se está moderando. Aun así, el Gobierno no espera crecer a tasas positivas anuales hasta 2011, cuando el PIB avanzará un 2,1%, siempre según las previsiones.
Como ya sucedió en el Congreso, Salgado defendió que, en términos reales, el gasto de 2010 -183.339 millones- se reducirá un 4,5% respecto al dinero público empleado por la Administración Pública este año. Sin embargo, si se compara con los Presupuestos de este año, el techo de gasto aumenta un 15,5%. Esa fue la principal crítica lanzada desde las filas populares. En cualquier caso, Salgado mantuvo que la austeridad marcará los Presupuestos del próximo año, aunque ello no afectará a las partidas del gasto social ni a las políticas para fomentar la Investigación y el Desarrollo (I+D).
Las críticas más duras hacia la política de Salgado las pronunció el senador popular Francisco Utrera, que acusó al Gobierno de "autismo en política económica y laboral", ante la presencia del ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, que acudió también al Senado junto a Salgado aunque no intervino. Para Utrera, los números del Gobierno no son creíbles y augura que la fuerte desviación presupuestaria de este año se repetirá el próximo año.
Por parte de CiU, Jordi Villajoana, consideró que apoyar el techo de gasto equivaldría a dar un "cheque en blanco" al Congreso. Por ello, CiU optó por la abstención para permitir que el ejecutivo prepare sus Presupuestos de 2010 y los presenté a ambas Cámaras en otoño. Será entonces cuando el partido nacionalista catalán decidirá si apoya o no al Gobierno de Zapatero.
Cambios impositivos
Elena Salgado señaló que en otoño dirá cómo piensa el Gobierno reconducir el déficit. De momento, la rebaja de 400 euros -cuyo coste asciende a 6.000 millones al año- parece tener los días contados, al menos para las rentas más altas.
Regresar al 3%, una utopía para el PP
El Gobierno trabaja con un escenario macroeconómico que prevé un déficit del 3% del PIB -límite máximo permitido por la UE- en 2012. Objetivo que para el PP resulta irreal con la actual política del Gobierno. El senador popular Francisco Utrera aseguró que los procesos de consolidación fiscal que se han ideado con subidas de impuestos han fracasado. "No serán capaces de reducir el déficit al 3% a golpe de subir impuestos y de gastar con ligereza", dijo refiriéndose al Gobierno.Desde Economía reconocen que el objetivo fijado es "muy exigente" pero confían en cumplir con las estimaciones. Pasar de un déficit previsto en 2010 del 7,9% del PIB al 3% dos años más tarde supondría una mejora sin precedentes.