La hipótesis de una sobredosis marca el caso de la muerte de Michael Jackson
Sin indicios de delito y sin sospechosos, la principal línea de investigación de la policía sobre la muerte de Michael Jackson gira en torno a una posible sobredosis de medicamentos, teoría de la que se ha distanciado hoy su médico personal.
Según Edward Chernoff, abogado de Conrad Murray, doctor del "Rey del Pop" y principal testigo de los últimos instantes del fallecimiento del cantante, el médico encontró a Jackson ya inconsciente cuando entró "de forma fortuita" en su habitación el pasado jueves.
El encargado de la defensa legal de Murray, aseguró además que era "absolutamente falso" que su cliente hubiese inyectado un potente calmante a Jackson antes morir. "No hubo Demerol, ni OxyContin", insistió Chernoff al diario Los Angeles Times.
Murray quedó en libertad después de un interrogatorio de tres horas celebrado el sábado en el que se mostró "cooperativo" y dio información "de ayuda" a los agentes que llevan el caso Jackson, según un comunicado policial.
A juicio de su representante, Miranda Sevcik, Murray "ayudó a identificar las circunstancias alrededor de la muerte del icono del pop y a clarificar las inconsistencias", y añadió que "no es de ninguna manera un sospechoso y continúa como testigo de esta tragedia".
El departamento de robos y homicidios sigue al frente de la investigación aunque, por lo que ha trascendido, carecen de pruebas que señalen que se hubiese producido algún tipo de comportamiento criminal alrededor de la repentina desaparición de Jackson.
Habrá que esperar hasta que se divulguen los resultados de las pruebas toxicológicas que deparen de la autopsia realizada por las autoridades del condado de Los Ángeles el pasado viernes para conocer qué sustancias habría consumido Jackson antes de fallecer.
Los forenses afirmaron que el "Rey del Pop" había estado tomando medicamentos de prescripción médica, por lo que una de las principales hipótesis es que una sobredosis se esconda tras su paro cardíaco.
Varios medios de comunicación aseguraron que Michael Jackson estaba habituado a fuertes calmantes como Demerol, Dilaudid y Vicodin, una combinación a la que, según la web de noticias de famosos TMZ, el propio cantante habría denominado "tónico de salud".
En esa misma dirección apuntaría el testimonio realizado por la ex asistente del cantante, Grace Rwaramba, quien aseguró que tuvo que "realizar un lavado de estómago muchas veces" al artista.
"Siempre mezclaba mucho", dijo Rwaramba en referencia a la ingesta de medicinas de Jackson, en declaraciones al diario The Times of London. Rwaramba llegó recientemente a Los Ángeles donde se espera que sea interrogada por la policía.
Los datos de la autopsia oficial podrían demorarse hasta seis semanas, pero en cuestión de días podría trascender el análisis del forense contratado por la familia para realizar un segundo chequeo del cadáver del cantante.
La autopsia privada, que varias fuentes indican que tuvo lugar en Los Ángeles el sábado por la tarde y que podría haber costado hasta 20.000 dólares, se procesará más rápidamente que la efectuada por las autoridades al no tener que seguir los cauces oficiales que marca una investigación policial.
A pesar de la falta de pruebas que señalen hacía una mala praxis de Murray, la familia de Jackson cree, según TMZ, que el doctor no debería quedar libre de sospechas aún.
Al parecer los parientes de Jackson desconfiaban de las actuaciones del médico y esperan que los análisis hallen una droga en el cuerpo del cantante que transforme la investigación de rutinaria en criminal.
La familia, asimismo, cuestionó la capacidad médica de Murray después de que la llamada de emergencia realizada desde la casa del cantante para pedir ayuda sugiriese que la reanimación cardiopulmonar efectuada sobre Jackson se hizo de forma incorrecta.