La revisión del plan de infraestructuras enfrenta a las patronales de la construcción
La patronal de las grandes constructoras, Seopan, y la que reúne a las firmas enfocadas sólo a obra pública, Aerco, se han enzarzado en una batalla con dos frentes de disputa: la revisión del plan de infraestructuras por parte de Fomento y la participación del sector privado en la financiación de las obras.
Lejos de animar a la suma de fuerzas, la crisis no ha hecho más que acentuar las diferencias entre dos de las grandes patronales de la construcción: Seopan y Aerco. La pólvora en el conflicto que protagonizan la ha puesto el ministro de Fomento, José Blanco, con su intención de revisar el Plan Estratégico de Infraestructuras y Transporte (PEIT); y la mecha la ha encendido Aerco al defender su derecho a participar en ese debate con igual peso que Seopan.
En un encuentro con la prensa celebrado la semana pasada el presidente de Aerco, Javier Sáenz Cosculluela, exigió al Gobierno que tenga en cuenta todas las opiniones y que garantice una mayor competencia en los concursos. A juicio de este colectivo de firmas de obra pública, el volumen de los presupuestos de licitación favorece a las grandes constructoras. Así, Cosculluela cree que los proyectos deben fragmentarse para que no superen los 50 millones.
Desde la dirección de Seopan, que aglutina a ACS, FCC, Acciona, OHL y Sacyr, entre otras, se aprecia que esa práctica ralentizaría la licitación y, por tanto, repercutiría negativamente en el sector. Pero la polémica va más allá: "Poco menos que se nos acusa de dictar a Fomento un nuevo PEIT y esa es una acusación grave", comentan en el entorno de David Taguas, presidente de Seopan y ex asesor de Rodríguez Zapatero en materia económica.
En plena disputa de los dos ex altos cargos de la Administración, Taguas y Sáenz Cosculluela -este último ministro socialista de Obras Públicas y Urbanismo entre 1985 y 1991-, por influir en las decisiones de Fomento, ambos chocan frontalmente en el debate sobre la participación privada en la obra pública.
La postura de Seopan es favorable a la colaboración con la Administración, especialmente en la construcción y remodelación de carreteras a cambio de concesiones. Taguas cree que, de este modo, se puede acelerar el motor de la obra civil.
Y parece que este argumento encuentra eco en el Gobierno. Blanco reiteró ayer en el Senado que precisa aportaciones de las constructoras para un plan de inversión extraordinaria que concretará en julio, tras una ronda de reuniones con representantes del sector. La inyección ascendería a 15.000 millones, más los 10.000 millones de los planes de Cercanías de Madrid y Barcelona.
Al respecto, Aerco opina que las obras públicas deben ser financiadas por la Administración y que "excepcionalmente" la solución puede estar en el sistema concesional, al que tienen acceso entidades de gran volumen. "Con líderes mundiales en infraestructuras como tiene España, resulta anticuado hablar contra el sistema concesional", rebaten en Seopan.
Sadisa e Intersa cambian de bando
Arascón y Ascán, constructoras del grupo murciano Intersa y del cántabro Sadisa, respectivamente, han abandonado Aerco para llamar a la puerta de Seopan. Fuentes cercanas a esta última asociación aseguran que ambas han sido ya admitidas en sus filas, incluso se han añadido sus referencias en la página web de esta patronal. Entretanto Aerco argumenta que han pedido la baja "porque suelen licitar obras junto a empresas de Seopan y creen que sus intereses están con los de sus aliados en los concursos". Con intereses prácticamente contrapuestos, el trasvase de socios entra patronales resulta excepcional. Aerco trabaja ahora en la incorporación de nuevas referencias y su junta directiva asegura que evalúa cuatro peticiones, pero ha preferido no desvelar sus identidades.