Sudáfrica diseña estadios de primera división
Cuatro de los diez estadios del Mundial 2010 ya funcionan, el resto está reformándose o construyéndose.
Estadios de rugby transformados en estadios de fútbol, estadios de nueva construcción, estadios medio vacíos en la Copa Confederaciones, estadios que estarán a rebosar en la Copa del Mundo. Diez sedes del balompié con categoría arquitectónica de primera división que se van poniendo poco a poco de gala para la gran fiesta del fútbol del año que viene, en Sudáfrica.
España juega hoy contra Irak (16 h., Telecinco) en el Free State Stadium de Bloemfoentein, un estadio de rugby que ha sido adaptado para el fútbol, como el Ellis Park de Johannesburgo y el Loftus Versfeld de Pretoria, donde también se juega la Copa Confederaciones. El Royal Bakofeng de Rustenburgo, donde España ganó su primer partido a Nueva Zelanda, no es un estadio de rugby, pero acogió un partido el 3 de junio. Los jugadores de rugby tienden a dañar el césped, que además debe recortarse más para el fútbol. Además hay que cambiar los postes de sitio.
Los otros seis campos que se usarán en el Campeonato del Mundo, están o bien en fase de reforma o bien en construcción, porque son nuevos. El estadio destinado a acoger la final del Mundial es el First National Bank o Soccer City Stadium de Johannesburgo, que está siendo reformado para pasar de 78.000 asientos a 94.700, y para adaptar la zona vip y los vestuarios. Recuerda al Allianz Arena de Múnich en la apariencia exterior, como de rosquilla, y ambos son de tipo volado, "con vigas que salen por detrás de las gradas y van por encima del estadio", señala Mark Fenwick, socio junto a Javier Irribarren del estudio de arquitectura Reid Fenwick.
El Green Point, en Ciudad del Cabo, está rodeado de la Table Mountain por un lado y de la playa por otro
El estadio Green Point, en Ciudad del Cabo, tiene de fondo la Table Mountain, o la costa, si se ve desde la otra orientación. Es "muy discreto y elegante", a juicio de Fenwick. Tendrá una fachada textil, hecha de una membrana ligera y translúcida, que permitirá que la luz del estadio se vea a través de ella. "Es parecido al Nido de Pájaro, el estadio de los Juegos Olímpicos de Pekín, pero con una estructura mucho más sencilla, más austera", recalca Fenwick. "El Nido no tenía fachada, la estructura, que era muy compleja, hacía su papel".
En Durban, GMP Architecten está construyendo el Moses Mabhida, con 70.000 localidades, y con un arco que sujeta la cubierta, al igual que el nuevo Wembley, aunque éste "es más tecnológico" que el de Sudáfrica, explica Fenwick. "La generación anterior de estadios es más estructural, los más modernos son más iconográficos, más como esculturas".
Carlos Lamela, del Estudio Lamela, considera que se trata de un Mundial de perfil bajo, al menos en lo que se refiere a los estadios. Y advierte de cara a próximas citas de los problemas económicos, "especialmente en la Eurocopa de Polonia y Ucrania". Su estudio está haciendo un estadio en Cracovia de 15.000 espectadores que se utilizará para entrenamientos, no para partidos oficiales.
Uno de los requisitos necesarios para ser sede de un Mundial es tener un aforo de 40.000 espectadores; en Sudáfrica los más pequeños tendrán 46.000. Por eso muchos estadios españoles están planteándose una reforma de cara a la candidatura de España y Portugal para los mundiales de 2018 y 2022. Dos de los nuevos ya están preparados: el estadio de Cornellá del Espanyol, que se inaugurará en agosto, tendrá 40.000, y el nuevo del Valencia, 70.000; ambos han sido diseñados por Reid Fenwick. "Hay bastantes estadios adaptables en España, es de los países que más potencial tienen", recalca Fenwick.
Su estudio tiene ahora mucho trabajo en Oriente Próximo, especialmente en los Emiratos Árabes y en Qatar, país que acogerá la Copa de Asia 2011. El de Lamela ha hecho la última reforma del Bernabéu, que le permitirá acoger la final de la Copa de Europa el año que viene, al pertenecer ya a la categoría æpermil;lite (por infraestructuras, capacidad y tamaño del campo).
Gradas medio vacías en la Copa Confederación
La afluencia de público a los partidos de la Copa Confederaciones preocupa a la FIFA. El presidente, Joseph Blatter, ha sugerido que las entradas no vendidas se regalen, para evitar que los estadios estén medio vacíos. El Brasil-Egipto lo vieron 20.000 espectadores de los 40.000 que caben en el Free State, y ni siquiera el Ellis Park se llenó para el Sudáfrica-Irak: 50.000 de 61.000.Los precios para los partidos de la primera fase oscilan entre los 21 euros y los 72, aunque hay una categoría especial de entradas que sólo pueden comprar los sudafricanos, que se venden a 6,3 euros, más asequibles, aunque con todo son tres veces más caras que los partidos de la liga sudafricana. Para la final las entradas cuestan entre 43 euros y 144; 19 para los sudafricanos.En el Mundial las entradas serán el doble de caras en la primera fase, y cinco veces más caras en la final, pero el ritmo de venta es mucho mejor, hasta ahora se han vendido 630.021.Hoy, además del España-Irak, se jugará el Sudáfrica-Nueva Zelanda en Rustenburgo (20:30 h., Telecinco). España tiene tres puntos, Sudáfrica e Irak uno, y Nueva Zelanda ninguno.